Nos trasladamos hasta Celanova para conocer uno de los pueblos indígenas de la edad de Hierro que vivían en la Gallaecia. Nos situamos en el yacimiento galaico-romano de Castromao, la antigua Coelióbriga, capital del pueblo de los coelernos, un poblado prehistórico que fue habitado entre el 700 a.C. y 200 d. C.
Castromao fue declarado Bien de interés cultural junto al campamento romano de Aquis Querquernnis en el año 2008. Está situado en una colina a 732 m sobre Santa María de Castromao, con unas vistas impresionantes sobre todo el valle del rio Arnoia. Cultura caxtrexa con panorámica 360 ¿Os apuntáis a un viaje en el tiempo realmente fascinante?
Castromao. La antigua Coelióbriga
Castromao es una de las diez civitates galaicas que conformaban el Conventus de Brácara Augusta. Este «conventus», que tenía su capital en Braga, era uno de los tres conventos jurídicos en los que los romanos dividieron la Gallaecia. En el Padrão dos Povos en Chaves, Portugal, se conserva una columna romana del año 79 d. C donde se citan estos diez pueblos prerromanos que constituían el Convento Bracarense, uno de ellos eran los coelernos.
En este yacimiento, además de las estructuras arqueológicas galaico-romanas, se han encontrado restos de la Edad del Bronce y de una capilla de la Edad Moderna.
Castromao es un oppidum, es decir, una ciudad prerromana antigua muy importante, ya que ejercía de capital política de los coelernos. Los oppidum eran claves en la organización del territorio. Otro muy conocido en Galicia es el de Santa Tegra, en A Guarda.
Esta antigua urbe tiene unas 2,25 hectáreas rodeadas por una muralla perimetral, aunque algunos restos arqueológicos están fuera de este recinto defensivo.
La mayor parte de los trabajos de excavación, realizados entre 1920 y el año 2008, fueron en la terraza inferior intramuros. Esta área excavada es sólo un cuarto de la superficie total del espacio intramuros.
La muralla del castro reforzaba las extraordinarias condiciones defensivas naturales del poblado, situado en lo alto de un cerro. Además existían otros elementos que contribuían a la seguridad del lugar, como fosos, terraplenes o parapetos.
Pero, sobre todo, la muralla era un elemento simbólico en estos pueblos que hablaba de la importancia y del poder territorial y económico de la urbe de cara a los foráneos.
Con la llegada de los romanos Coelióbriga llegó a tener unas dimensiones muy superiores a las que rodea la muralla. La gran cantidad de materiales arqueológicos próximos a Castromao apuntan a que en esta época existió una aldea abierta, desprovista de defensa y donde la muralla servía de vía de comunicación, ya que facilitaba la circulación de personas y bienes a través de sus diferentes escaleras en los distintos barrios.
Según los estudios, hay documentadas 136 estructuras, unas 80 son construcciones habitacionales o de almacenaje, que forman 36 unidades familiares en los que vivirían de 4 y 6 personas.
Como hemos dicho antes, fuera del recinto amurallado también se han encontrado muchos restos, por lo que se supone que este poblado era mucho más grande. Se cree que pudieron vivir en él unas 500 personas y otras 1000 en las construcciones exteriores sobre el siglo I a.C. y el I d.C.
Cada una de las construcciones tenía una función. Podréis ver los restos de almacenes donde guardaban comida, como cereales o bellotas, talleres de artesanía, cuadras para el ganado y, por supuesto, viviendas.
Encontraréis edificaciones de planta circular y otras de planta cuadrada que incorporaron los romanos y que techaban con una técnica más duradera: la teja cerámica. Con la llegada del Impero romano se incorporan otros factores en la arquitectura como el enlosado de patios o la planificación de la recogida de aguas pluviales. De todas formas, la nueva arquitectura convive con los las construcciones indígenas ya existentes en Coelióbriga.
Castomao fue durante la Edad de Hierro una comunidad de campesinos y artesanos, como herreros u orfebres. Se han encontrado en las excavaciones arqueológicas muchas herramientas y útiles que lo corroboran. En época romana se convirtió en un asentamiento de campesinos y mineros.
Curiosidades del Castro de Castromao
Barrio de la Tábula
En este sector del castro que data del siglo II d., situado al lado de la muralla Norte, se encontró la “Tabula Hospitalis”, una placa de bronce que contiene un pacto de hospitalidad del año 132 d. C. entre los pobladores indígenas de Castromao, los Coelerni, y los romanos. Estos pactos fueron habituales en los territorios donde se llevaban a cabo labores de explotación minera.
Texto de la tabula: «Siendo cónsules Gneo Julio Augurino y Gneo Trebio Sergiano, los «Coelerni» de la Hispania Citerior y del convento de Braga, hicieron un pacto de hospitalidad con Gneo Antonio Aquilino Novaugustano, prefecto de la primera Cohorte de los Celtíberos con sus hijos y descendientes. Gneo Antonio Aquilo hizo un pacto de hospitalidad con los «Coelerni», con sus hijos y descendientes. Actuó como legado Publio Campanio Gémino.»
En este mismo barrio del castro apareció un pequeño tesoro con 64 monedas que parece datan del s. I d. C.
El simio
También en este castro fue encontrada una pieza única en la escultura castreña, una figura zoomorfa que formaba parte de la cimentación del muro de una cabaña. Se trata de un simio sentado que sujeta un objeto desconocido entre los pies y las manos y parece querer tapar la boca o los ojos. Seguramente tenía una función simbólica.
Trisquel calado de Castromao
Esta pieza de la plástica arquitectónica castreña con otros posibles significados mágico-religiosos se descubrió durante las excavaciones de Castromao.
Se trata de la escultura de un trisquel con una característica especial, los espacios entre los rayos que permiten la entrada de luz y aire. Esto supuso que sea el único posible vestigio de la presencia de ventanas, a modo de celosías, en las viviendas, aunque su tamaño es quizás muy pequeño, enfocado, tal vez, a producir un efecto mágico, relacionado con algún tipo de culto.
Recreación poblado de Castromao «Galaicus»
Cuando lleguéis a la zona veréis dos carteles, uno que indica el Castro de Castromao y otro que indica el poblado castrexo de Castromao. Sinceramente, no sabíamos muy bien a donde dirigirnos, pues no conocíamos la zona.
El poblado castrexo de Castromao es una reconstrucción de un castro con edificaciones circulares y cuadradas. No se trata de un yacimiento como el Castro, si no de la recreación de un asentamiento que serviría como decorado en el rodaje de una película. La idea era convertirlo posteriormente en un reclamo turístico.
El filme, una ambiciosa superproducción titulada “Galaicus” que dirigiría David Gómez, tenía como tema central los enfrentamientos entre galaicos y romanos. El protagonista sería el reconocido actor Luis Tosar.
Después de varias inversiones y de diversas subvenciones públicas, la película nunca se llegó a realizar. Como destino turístico no sabemos si funciona pero, desde luego, el mantenimiento del lugar deja mucho que desear.
Recomendaciones para la visita a Castromao
Castromao forma parte del circuito «Celanova, un paseo pola historia de Galicia», un recorrido circular que realiza una inmersión temporal que nos llevará desde tiempos inmemoriales de los castrexos de Castromao hasta la literatura del siglo XX.
Una preciosa ruta que nos muestra como el paisaje y el patrimonio están profundamente ligados. Descubriréis el Monasterio de San Salvador, la Casa de Curros Enríquez o Vilanova dos Infantes, entre otros lugares.
Alojamientos cerca de Castromao
Casa Ramirás. Una preciosa casa rural con habitaciones rústicas y una suite con bañera de hidromasaje. Un lugar muy agradable con un desayuno estupendo.
Casa rural rectoral de Candás. Un establecimiento rural ubicado en un lugar fantástico. Una zona preciosa para desconectar y relajarse.
Oca Vila de Allariz Hotel & Spa. A media hora de Castromao en coche también tenéis la opción de quedaros en el precioso pùeblo de Allariz, con un entorno natural Reserva de la Biosfera.
Podréis disfrutar de un fantástico spa con diversos tratamientos, masajes, envolturas y técnicas termales. Ya os hablamos de él en el artículo Los mejores hoteles con spa de Galicia, donde tenéis más información.
Qué ver cerca de Castromao
1- Celanova. A unos 5 km de Castromao encontraréis el pueblo de Celanova. Aquí destaca el Monasterio de San Salvador fundado por San Rosendo en 936.
2- Hórreos da Merca. A 14 km están los hórreos de Santa María da Merca, uno de los conjuntos más interesantes de la Galicia y uno de los más grandes de España.
3- Allariz. A 28 km se encuentra Allariz, una villa apasionante de gran belleza paisajística y con una enorme riqueza cultural. Allariz está repleta de tiendas, museos, parques, paseos al lado del río, un pueblo que es una auténtica maravilla y donde pasaréis momentos inolvidables.
4- Termas de Prexigueiro. A unos 30 km de Castromao se encuentran las Termas de Prexigueiro, en el pueblo de Francelos. Sus aguas son muy buenas para el tratamiento de enfermedades problemas musculares, reuma o stress.
5- Balneario de Arnoia. A 30 km el Balneario de Arnoia ofrece tratamientos corporales en un entorno sin igual, entre ríos, bosques y zonas ajardinadas. En temporada alta podréis dar un precioso paseo en el Eco-Barco do Ribeiro por el río Miño.
6- Ribadavia. A unos 37 km está uno de los pueblos más bonitos y con más historia de Galicia, Ribadavia, la capital de la Comarca de O Ribeiro.
Perder el Rumbo. Castromao. Un castro sorprendente en Calanova
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