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Toggle5 etapas. Nuestra ruta por la isla de Flores. Indonesia
Esta isla de Indonesia recibe el nombre de Flores porque fue colonia portuguesa desde el siglo XVI al XIX. Se encuentra al este del Parque Nacional de Komodo y al oeste de Lombien.
Para nosotros, la isla de Flores ha sido, y sigue siendo, algo muy especial. Tuvimos la oportunidad de recorrerla en moto, y sin duda, fue una de las experiencias más inolvidables de nuestros viajes por el sudoeste Asiático, sin desmerecer el maravilloso viaje en moto por Vietnam.
La isla la puedes recorrer en transporte público pero se hace más complicado llegar a determinados lugares y organizar tu viaje.
También existe la posibilidad de alquilar un coche con conductor pero esta opción es muchísimo más cara. Nosotros preferimos la libertad que nos brinda una moto.
La isla Flores tiene algo muy especial, su palpitar indómito, su agreste y peculiar orografía, sus gentes, su cultura… Flores te impregna de su fuerza salvaje para siempre.
Cómo llegar a la isla de Flores
El punto de llegada y también de partida es Labuan Bajo. Nosotros cogimos un vuelo en Lombok , haciendo escala en Denpasar (Bali) y de allí a Labuan Bajo (isla de Flores). Casi todos los vuelos con destino Labuan Bajo realizarán escala en Bali.
También se puede llegar por barco. Desde de Bali o Lombok parten barcos con destino a la isla de Flores. Podéis viajar en ferry público o combinar el autobús y el ferry.
Qué ver en Labuan Bajo
Labuan Bajo es un puerto pesquero al este de la isla de Flores, es el punto de salida para visitar el Parque Nacional de Komodo declarado Patrimonio de la humanidad en los años 90. El aeropuerto está a unos escasos 10 minutos en coche del pueblo o si os apetece caminar llegaréis en unos 20 minutos.

Parque Nacional de Komodo
Labuan Bajo está lleno de ofertas turísticas tanto para bucear en el Parque Nacional de Komodo como para visitar las islas que lo conforman. La reducción de los búfalos y ciervos debido a la caza furtiva y la masiva llegada de turistas que ensucia la isla e interfiere en la vida de los dragones de Komodo, ha provocado que el Parque casi se cierre en el 2019.

Muchos turistas se quejaban al no ver a los dragones de Komodo cuando paseaban por la isla. Por ello, algunas empresas retienen a los dragones atados y empachados de pollo para asegurarse de que el turista no se quede sin ver a estos míticos animales. Consideramos que esta práctica no es nada apropiada, por lo que optamos por bucear en las aguas de Komodo y dejar a los dragones en paz.
Buceo en el Parque Nacional de Komodo
La oferta para el buceo es amplia, tomároslo con calma, recorred el pueblo y comparad entre las diferentes opciones. Podéis optar por un paquete de buceos de un día o por pasar varias noches en un barco dentro del parque. Si el idioma es un problema para vosotros podéis encontrar empresas con instructores españoles.
Sólo el trayecto en barco ya merece la pena. La cantidad de islas que conforman el Parque Nacional de Komodo, el color de su vegetación en contraste con el cielo azul y la majestuosa orografía, hacen de este paraje un lugar único.

El buceo, dependiendo de las zonas, puede ser muy peligroso debido a sus fuertes corrientes. Si nunca habéis buceado con corrientes es una experiencia cuanto menos divertida, aunque también un poco arriesgada. Confiad en vuestro instructor y cumplid todo lo que os diga, vuestra vida está en juego. Si lo hacéis bien habrá momentos en los que os sentiréis como Superman volando debajo del agua. Esto no sucede todos los días, pero, lo dicho, mucha precaución.
Podréis ver tiburones y alguna que otra mantarraya además de infinidad de especies de peces, moluscos y corales.
Alrededores de Labuan Bajo
Labuan Bajo debería ser un sitio perfecto para coger un hotelito con vistas al parque y disfrutar de sus playas. Pero nada más lejos de la realidad. Labuan Bajo no tiene playa y su puerto está lleno de plástico y suciedad. Si de verdad quieres disfrutar de un playa y tranquilidad tendrás que optar por un hotel a la salida del pueblo. El precio será más elevado, pero merece mucho la pena escapar un poco del bullicio y disfrutar de paseos en kayak a pequeñas islas del contorno, de los buceos y del sosiego. Si lo tuyo es la vida nocturna esta opción no es muy recomendable.
Con una moto podrás descubrir infinidad de caminos que os llevaran a parajes típicos de la isla de Flores con sus verdes campos salpicados por palmeras.





Dónde alquilar una moto en Labuan Bajo
Después de estar unos días en Labuan Bajo nos decidimos por recorrer la isla de Flores en moto. Hay muchas empresas de alquiler de motos. El problema es que son muy reticentes a alquilar una moto para dos personas o para ir al norte de la isla. Después nos daríamos cuenta de que el mal estado de las carreteras y las inclinadas cuestas de algunos territorios complican un poco el camino.
Tras varias respuestas negativas en diferentes sitios, una empresa de alquiler nos ofreció una moto de un particular que se ofreció a alquilárnosla por varios días. Le dejamos el DNI y salimos a la aventura.
Recordad que no es lo mismo el precio por un par de días que por una semana. Intenta regatear el precio por día si vas a alquilar la moto por un amplio espacio de tiempo.
Haced fotos de todas las partes de la moto, apuntando bien a los pequeños desperfectos que pueda tener. ¿No querréis que os endosen los golpecitos que ya poseía anteriormente? No hay que pensar mal pero la precaución nunca está de más. Estas fotos nos salvaron de pagar un plus en más de una ocasión.
Qué equipaje llevar para el viaje en moto
Una mochila grande y una pequeña fueron más que suficientes para dos personas para recorrer la isla. El equipaje sobrante se quedó en la recepción del hotel, donde nos hospedamos, sin ningún coste. De esta manera, conseguimos aligerar el peso que cargaría la moto.
Para el viaje es muy importante un buen casco, chubasquero, protección solar y un mapa de la isla. También puedes usar Google Maps, aunque no es muy fiable en una isla tan salvaje como Flores. Nos ha jugado alguna que otra mala pasada, aunque, en honor a nuestro nombre, perdernos es algo que llevamos bastante bien.
Recordad que el clima, dependiendo de la época en la que vayáis, es muy cambiante. Además de vuestro chubasquero, deberíais llevar algo para cubrir las mochilas por si llueve, en caso de que no tengáis mochilas waterproof.
Dividiremos el recorrido en 5 etapas y sus correspondientes paradas. Algunas serán de horas o días y otras simplemente paradas de descanso para tomar un tentempié.
1. ETAPA 1: LABUAN BAJO – RUTENG – 3 h 35 min (132 km)

En la salida de Labuan Bajo es conveniente repostar en la primera gasolinera que se encuentra a la salida del pueblo dirección este. Las colas suelen ser habituales pero avanzan muy rápido. Sorprendentemente la gasolina muchas veces la echan redondeando a la alta ya que las monedas, aunque existen, las usan poco. Los billetes son más apreciados. De toda formas, es muy poco el margen que se llevan, pero no os quedéis esperando por que no os van a devolver la calderilla restante.
Con el depósito lleno y la sonrisa en la boca comenzamos nuestra ruta por la isla de Flores. Lo primero en lo que reparamos, y que se convertiría en una constante en todo el viaje, es en la gran cantidad de serpientes, casi siempre muertas, que nos encontramos en la carretera.
Labuan Bajo – Rekas 1 h 14 min (40,5 km)
Antes de llegar a Rekas podrás parar para observar las magnificas vistas que nos ofrece el camino. Las casas de las isla de Flores son un tanto peculiares. Las características comunes son la madera en sus partes bajas y las láminas de metal ondulado en sus tejados. Esto cambia en los poblados tradicionales, como veremos más adelante.

El estado de la carretera principal es bastante bueno. De todas formas, hay que tener cuidado en algunas zonas donde la humedad de las partes más sombrías os pueden jugar una mala pasada. Nosotros tuvimos un pequeño percance en una cuneta, que afortunadamente era un campo con hierba. Fue la caída más tonta de nuestras vidas, pero por suerte no nos pasó nada.
Rekas – Lembor 37 min (23,8 km)
Después de pasar Rekas descendimos para disfrutar de los alucinantes campos de arroz de Lembor. Merece la pena una parada para descansar y contemplar el paisaje. Es una zona bastante llana por lo que la conducción es muy relajada y cómoda.

Otra constante en esta ruta es encontrarte a los niños regresando de la escuela gritando ALOOOOO a tu paso. No están acostumbrados a ver demasiados turistas por allí y todos quieren saludarte e incluso alguno se acercará a la moto para poder chocar con vuestras manos. Give me five!
Lembor – Redjang 1 h 7 min (39,1 km)
Seguimos la ruta y volvimos a las serpenteantes carreteras en ascenso hacia Radjang, un lugar maravilloso donde podrás ver las magnificas plantaciones de arroz en terrazas. Dentro de esta ruta no está de más tomar cualquiera de las pequeñas carreteras que os encontraréis. Perderse un rato te puede deparar fabulosas sorpresas. Nosotros lo hicimos en este punto y pudimos observar el sistema de riego que usan para semejantes terrazas.

Radjang – Cancar 16 min (11,0 km)
Continuamos nuestro camino y llegamos a Cancar, la zona donde se encuentra el Lingko Spider Web Rice Fields (campos de arroz en forma de tela de araña). Aquí podéis realizar una parada para para observarlos desde una zona elevada. Para ello tendrás que caminar sobre una hora.
Cantar – Ruteng 28 min (16,7 km)
Después de un trayecto de unos 28 min llegamos a Ruteng.
Qué hacer en Ruteng
Ruteng es una pequeña ciudad de 34.000 mil habitantes, la mayoría católica. Además de perderse en sus calles hay varias excursiones que se pueden hacer desde este cuidad.
Wae Rebo
Pueblo de etnia Manggarai donde las casas tienen forma de cono. Su nombre significa ciudad sobre las nubes, se encuentra a 1100 metros de altitud. En 2012 fue declarado patrimonio cultural por la Unesco. Al pueblo se llega después de una larga caminata de 2 horas y pico. Es obligatorio ir con guía y en el pueblo tienen que hacer un ceremonia para que seas bienvenido y poder disfrutar de él.
Yacimiento arqueológico en Liang Bua
En este yacimiento arqueológico descubierto en el 2004 se encuentran los restos de la nueva especie de Homo bautizado como el hombre de Flores y apodado por su pequeño tamaño como el Hobbit de Flores. Liang Bua se encuentra a unos 14 kilómetros al norte de la ciudad la entrada en la cueva incluye una visita al museo donde se encuentran algunos de los huesos del homo floresiensis.
Lucha con látigos
Otra atracción, es la tradicional lucha con látigos que se reserva y se practica generalmente en las bodas. Si os enteráis de que se va a celebrar una boda no perdáis la oportunidad de contemplar este espectáculo.
Dónde dormir en Ruteng
Hay numerosos sitios donde quedarse a dormir en Ruteng. Nosotros nos quedamos en uno bastante peculiar, Santa Maria Berdukacita Hotel Susteran. Lo regenta una congregación religiosa de monjas. Las habitaciones y el baño están súper limpios y son muy espaciosos. El desayuno estaba bien, suficiente, pero normalito.
La isla de Flores es, en su mayoría, católica. Aún así, conviven en armonía con otras religiones como la musulmana. A las 5 de la mañana puedes escuchar cantos islámicos llamando a la oración que en nuestro caso se unieron con las canciones de las monjas de madrugada. Fue un despertar de lo más curioso, melódico y descolocante de nuestras vidas.
Booking.com2. ETAPA 2: RUTENG – MANULALU – 4h (149 km)

Salimos de Ruteng bien temprano por la mañana con fuerzas renovadas para afrontar otra jornada de viaje en moto por la isla de Flores.
A unos 17 kilómetros llegamos al punto más elevado de esta etapa. Allí disfrutamos, desde las alturas, del maravilloso paisaje que se puede apreciar.

Ruteng – Kampoeng Mborong 1 h 29 min (50 km)
Después de este punto, la carretera desciende hasta el nivel del mar a Kapoeng Mborong. En el trayecto nos íbamos encontrando con infinidad de niños que continuaban con su habitual saludo: Alooo! Todo el mundo nos hace un gesto o un guiño al pasar. Las motos se unen a la fiesta y todas hacen sonar el claxon al vernos. Nosotros, por supuesto, correspondemos siempre. Es otro mundo, lleno de amabilidad, el respeto y las buenas maneras 😉.
El pitido de las motos y coches suelen ser los intermitentes que usamos en Europa. Si tienes alguien detrás que te quiere adelantar hará sonar el claxon para prevenirte.
Kampoeng Mborong – Bajawa 2 h 6 min (78,6 km)
Seguimos sobre unas dos horas más destino a Bajawa. Pasamos otra vez cerca de mar en Keli. Más adelante, en Aimere nos encontramos con una subida de 30 kilometros que nos hizo elevarnos a 1220 metros del nivel del mar.
La subida es impresionante. Cada vez se impone más cercano el volcán Iniere que se sitúa a nuestra derecha. Si os gustan las carreteras onduladas y los ascensos este es uno de los tramos más bonitos del camino. No contamos las curvas que hay hasta llegar al puerto de montaña pero os aseguramos que son muchas. Además, estaréis rodeados de una vegetación que no os dejará indiferentes. Las vistas os harán parar constantemente para observar el maravilloso paisaje.

Llegamos a Bajawa que se encuentra en el punto más alto de este tramo. Si necesitas comprar algo éste es el lugar. Nosotros aprovechamos para recargar nuestra tarjeta de teléfono y descansar un rato charlando con la gente local mientras recuperaremos fuerzas comiendo rica fruta de la zona.
Bajawa – Manulalu 28 min (14,4 km)
Como teníamos claro que queríamos quedarnos en Manulalu bed&breakfast seguimos otros 28 min hasta llegar a nuestro destino.
Qué hacer en Bajawa
Bajawa se encuentra se encuentra más o menos en el centro de la ruta entre Labuan Bajo y Maumere, en un punto elevado de la Isla de Flores y posee numerosos sitios espectaculares donde disfrutar un par de días.
Las Termas de Malange
Lo primero que hicimos después de dejar nuestro equipaje en nuestro alojamiento fue visitar las aguas termales de Malange. La jornada había sido dura y un baño termal no podía ser más oportuno.


Nos encontramos con una familia de locales que disfrutaba de su baño. Tímidamente metimos un pie en el agua y estaba súper caliente. Lo sorprendente es que también había agua fría. Se juntan las aguas de un arroyo con las aguas que vienen del volcán Iniere que se encuentra omnipresente en toda la zona.

El baño nos dejó como nuevos así que decidimos ir a visitar una de las muchas aldeas tradicionales que se encuentran en la zona.

Bena
Bena se encuentra a escasos dos kilómetros de nuestro Bed&breakfast. El camino es agradable y puedes relacionarte con la gente del lugar.

Empezamos a ver manchas rojas en la calzada que parecían sangre. Más adelante nos dimos cuenta que se trataba del famoso betel. Nuez de areca, hoja de betel y cal se mezclan y se mastican en la boca. Tal combinación crea una sustancia de color rojo que trituran con los dientes para después escupirla. Las mujeres son las que más betel consumen, en los hombres no es habitual, al menos en esta zona. Verlas con esa pasta roja en la boca impresiona un poco. Parecían vampiresas, pero no, no lo eran.


Al llegar a la aldea nos quedamos impresionados por su belleza. Bena es el pueblo más turístico, ya que se encuentra más próximo a Bajawa. Por suerte, cuando lo visitamos éramos los únicos extranjeros en el pueblo.
La arquitectura vernácula tradicional de los pueblos sigue siendo la misma desde el megalítico. Tejados a dos vertientes muy pronunciados recubiertos de paja. Muchas de las casas que te vas encontrando por el camino desde Labuan Bajo tienen esa misma característica aunque con materiales modernos.



La aldea se sitúa al lado del volcán Iniere al cual llevan venerando desde el comienzo de su existencia.
Las casas tiene una especie de porche donde las mujeres tejen unos pareos llamados Sarang. Se venden a los turistas que quieran llevar una pieza totalmente original hecha mano.


Las casas están elevadas y su construcción es totalmente de madera. Muchas están decoradas con mandíbulas de búfalo. Las construcciones se reparten por el perímetro de un rectángulo. El centro se encuentra adornado de piedras a modo de altar con grandes sombrillas de paja. Al final de dicha plaza se encuentra un mirador donde podréis observar sus magnificas vistas al resto de las aldeas tradicionales rodeadas de verde selva.


Tololela
Es otro pueblo tradicional de la zona, más escondido entre la vegetación y donde es muy raro encontrar turistas. Nos decidimos a ir por unos senderos casi imperceptibles. Había que apartar literalmente la maleza para poder caminar. Las telas de araña se interponían a nuestro paso, pero con la ayuda de un palo las íbamos apartando. No sabíamos si íbamos a llegar, esto nos hizo dudar, pero ya sabéis que nos gusta perder el rumbo, así que seguimos. De camino nos encontramos con infinidad de inmensos árboles repletos de nueces de macadamia.

El esfuerzo mereció la pena. Al llegar te encuentras otro pueblo tradicional con las misma arquitectura y distribución. Dialogamos con los locales y nos hicieron otra master class de Betel.
La gente es muy amable y se notaba que no llegaban tantos turistas.



Gurusina
Otro pueblo tradicional que está pegado a Tololela. No llegamos a visitarlo por que nos surgió un pequeño problemilla. Se nos ocurrió comer unas cuantas nueces de macadamia, estas tienen muchísima fibra y actúan como puro laxante. El efecto fue inmediato. Unos chicos que venían precisamente de Gurusina se ofrecieron a llevarnos al hotel al contarles nuestra experiencia con las nueces de macadamia. La explicación con gestos fue de lo más divertida. No hay como ser sincero. Ante tal situación recibimos ayuda inmediata.
Mirador de Manulalu
Este mirador se encuentra cerca de nuestro hotel, las vistas son impresionantes. Se ven todas las aldeas tradicionales entre la selva y con el mar de fondo. A la derecha el majestuoso volcán Iniere.

Dónde dormir en Bajawa
En Bajawa centro es donde se concentran la mayoría de hoteles y guesthouse. En los alrededores también podréis encontrar aunque no hay tantos como en el centro de Bajawa. Si no tenéis moto quedarse en Bajawa es una buena elección. Nosotros decidimos quedarnos en Manulalu B&B más cerca de las aldeas tradicionales por lo que pudimos visitarlas andando.
Booking.com3. ETAPA 3: BAJAWA – MONI – 4h 29 min (174 km)

Este tramo lo afrontamos con muchas ganas de seguir nuestro viaje por la isla de Flores destino al Kelimutu.
La primera parte de la jornada la hicimos hasta Ende, una ciudad bastante grande que se encuentra a 53 km del volcán Kelimutu.
En la ruta encontramos algunas furgonetas que se dedican a desplazar a la gente local. Las lunas delanteras suelen ir viniladas dejando apenas un pequeño rectángulo para que vea el conductor. Suelen ser unas auténticas discotecas móviles llenas de luces led y música downstep a todo volumen. Que te adelanten es toda una experiencia. La gente va en silencio total dentro del vehículo con música atronadora.
Otra de las cosas que nos llamó mucho la atención, es lo limpios que están los pueblos cristianos de la Isla de Flores en comparación con otras partes de Indonesia. Las tumbas de los familiares suelen estar a la puerta de sus casa. Son de cemento y azulejos de los colores más variopintos. Es curioso y llamativo ver escenas costumbristas sobre ellas. Animales descansando, niños jugando, familias charlando al atardecer…
El paisaje no dejó de sorprendernos en todo el viaje. De repente un volcán, el Amboerombo exhalaba imponente una columna de humo ante nuestros ojos. La Isla de Flores es tan cambiante que esto la hace todavía más excepcional y bonita. También son sorprendentes las construcciones que nos íbamos encontrando en el camino, desde una iglesia de grandes dimensiones a una tienda de trajes de boda en el medio de la nada con sus cuatro maniquíes en el escaparate.

Bajawa – Nangororo 2 h ( 84 km )
LLegamos a Nangaroro a 41 kilometros de Ende. La carretera va pegada a la costa pasando por varios pueblos musulmanes. Las playas están formadas de unas piedras de color verde/azul turquesa que se amontonaban en grupos de distinto diámetro en el arcén de la carretera. Creemos que se usan para la construcción o para la decoración, o eso fue lo que nos imaginamos. Este tramo es agradable por la brisa marina y por volver a ver el mar tan cerquita. Las playas de esta zona no son las más bonitas de la isla de Flores.


Nangororo – Ende 1 h (41,5 km)
Llegamos a Ende, la segunda ciudad más grande de la isla de Flores con 60.000 habitantes. No somos mucho de grandes urbes, además, hacía un calor sofocante, por lo que solamente paramos para comer y sacar dinero.
Nuestro destino era Moni.
Ende- Moni 1h 25 min (53 km)
La carretera a partir de Ende volvía a ponerse interesante. Ascendimos por unos valles bordeando un río. Las vistas son impactantes y la vegetación se vuelve de nuevo salvaje. Curvas y más curvas hasta llegar a Moni.

Qué hacer en Moni
Moni es un pueblo muy pequeñito que vive del turismo que llega para ver el volcán Kelimutu que se encuentra a unos escasos 12 km. Nos imaginábamos un pueblo más grande pero solamente lo forman unas cuantas casas al borde de una de las carreteras principales.
Volcán Kelimutu
Los amaneceres en Indonesia suelen ser espectaculares y todavía más si te encuentras en la cima de un volcán. Madrugar es casi obligatorio.

Moni – Kelimuto 24 min (12 km)
De Moni a Kelimuto hay sobre unos 12km, 24 min en moto. A las 5 de la mañana ya estábamos en pie. La carretera es bastante serpenteante y la vegetación como no podía ser menos, impresionante. Helechos gigantes bordeaban toda la carretera.
No os olvidéis de llevar ropa de abrigo, la niebla y el frío de la mañana, no son buenos acompañantes si no vais bien equipados.
Al llegar al parque debes dejar la moto en el parking y hacer el tramo final a pie.
El volcán Kelimutu destaca por la belleza de sus tres cráteres con lagos de colores. Los volcanes van cambiando de color durante todo el año.

Es un lugar sagrado donde van las almas, aunque dependiendo de su edad o de cómo se han comportado en su vida terrenal su destino será el lago Tiwi Ata Mbupu (las persona mayores y los padres), el Tiwu Nua Muri Koo Fai (los jóvenes) o el Tiwu Ata Polo que se reserva a los que han cometido delitos en su vida.

El paseo es muy agradable. Por el camino te encuentras vendedores de souvenirs. El primer cráter que nos encontramos fue el de color turquesa. Estábamos solos, así que nos apartamos del camino y nos asomamos con precaución al borde del cráter. La sensación de ver algo que nunca has visto es indescriptible. El día se empieza a despejar y la majestuosidad del Kelimutu aflora.
Seguimos el camino y observamos familias de monos esperando su regalo en forma de comida. Decidimos que preferimos que la naturaleza siga su curso y no sucumbimos a sus deseos.
En el mirador principal desde donde ves los tres cráteres, nos encontramos a un chico con un dron. No es posible! Realizar todo este esfuerzo para estar en completo silencio y te encuentras con esto – pensamos. No tenemos nada en contra de los drones, sobre todo si los usas adecuadamente. Este sujeto se estaba haciendo selfies con su familia a una distancia de 2 metros y el ruido era infernal.
Amablemente, le dijimos que veníamos desde el otro lado del mundo a observar un ratito en silencio tal espectáculo y a escuchar el sonido de la naturaleza. Lo entendió perfectamente. Apagó el dron. Un grupo de ingleses nos dio las gracias. Podríamos pasarnos tranquilamente un día entero contemplando tal belleza. Lo disfrutamos tranquilamente hasta que llegó el momento de continuar con nuestra ruta.
Dónde dormir en Moni
No hay problemas de alojamiento pero es mejor reservarlo con antelación para evitar sorpresas. Al ser un pueblo muy pequeño a veces no cubre la demanda.
Nosotros no teníamos reserva porque cuando viajamos apenas había turistas en la isla.
Después de preguntar a varios locales, y ver que los que estaban más visibles estaban ocupados, conseguimos el nuestro. No era ninguna maravilla, pero el señor se portó muy bien con nosotros. En Labuan Bajo sufrí un corte de digestión y nos recomendó que visitásemos el “hospital” del pueblo.
Yo me resistía a ir, sólo necesitaba unos trocitos de carbón para deshacerme de ese mal de estomago que sentía. Al llegar al “hospital” (una casa pequeña) nos recibieron dos matronas súper jovencitas. Le explicamos por señas lo que me sucedía y ante nuestra sorpresa rápidamente me ofrecieron unas pastillas de carbón. Era precisamente lo que mi cuerpo pedía. Estaba listo para el amanecer en el Kelimutu.
Booking.com4. ETAPA 4: MONI – RIUNG – 4 h 48 min (169 km)

Destino al Parque natural de las 17 islas en Riung. Este es uno de los tramos en el que más obstáculos nos encontramos. La dificultad es alta y se requiere mucha destreza con la moto. El scooter no era lo apropiado para esta ruta pero era lo que teníamos y, por suerte, salimos bien de la situación. Es el camino más duro, preparaos bien, empieza lo hard core.
Para ir a Riung desde Moni, podéis ir de vuelta a Ende y a Nangororo y desde allí coger una carretera que va a Riung. Se tarda menos, pero nosotros siempre intentamos buscar nuevas rutas y no repetir, por lo que la decisión estaba tomada. Cogeríamos dirección norte hasta encontrar el mar y desde allí continuaríamos por la costa hasta alcanzar Riung.
Si vuestra experiencia en una moto no es mucha, os recomendamos que toméis el tramo de vuelta a Ende o a Nangororo.
Moni Wewaria 1 h 37 min (52,8 km)
El recorrido hasta Wewaria es impresionante, la selva literalmente se come la carretera. El asfalto está, en muchos tramos, destrozado por los bordes. Definitivamente nos estábamos metiendo en un territorio más hostil para la conducción. Y lo que quedaba por llegar.
Descendimos hasta el nivel del mar en un día soleado. La vegetación y la temperatura iban cambiando a medida que nos aproximamos al mar.
Wewaria – Kebirangga, Naukaro 1 h 2 min (31 km)
Este tramo posee varios socavones en la carretera. La verdad es que son auténticos hoyos. En época de lluvias parecen piscinas. Hay que tener mucho ojo, pues pueden ser profundos. Antes de cruzarlos hay que inspeccionarlos, no vayáis a caeros es un agujero negro.


Cuando llegamos a la costa las carreteras asfaltadas se convirtieron en caminos de tierra, muy estrechos y de mucha dificultad. El paisaje es espectacular y el mar del norte tiene otro color, no está tan turbio como en el sur.
Nos alcanzó una tormenta torrencial y la carretera se convirtió en un lodazal. La conducción se convirtió en algo muy duro. Hay que tener mucho control y equilibrio si no quieres comer barro.
A veces este barro impedía avanzar. Descansamos en una iglesia y recuperamos fuerzas. Los lugareños nos miraban con cara de asombro, porque no creo que mucha gente tome esta carretera más allá de locales y alguno que otro aventurero.
Naukaro – Totomala (11,5 km) NO COGER ESTE DESVIO
A unos 10 minutos de Naukaro google maps te indica que cojas un desvío a la izquierda. NO LO HAGÁIS!!! A MENOS QUE LLEVÉIS UNA MOTO DE TRIAL O MOTOCROSS. Nosotros nos metimos y casi no salimos de ahí. El asfalto desaparece y hay desniveles de casi medio metro. Por momentos la vegetación es tan espesa que tienes que ir apartándola. No hay casas en 12 km kilómetros. Si te quedas sin gasolina tendrás un grave problema.
Google dice que son 18 min, pero ni caso. Hemos reportado el problema a google pero aún sigue dirigiendo por ese camino.
Entre el barro, los socavones, la lluvia y una “carretera” olvidada y comida por la vegetación, nos encontramos unos búfalos que descansaban tranquilamente en charcas. Sus caras parecían decir: ¿Pero quien os habrá mandado a vosotros por aquí? 🤔
Después de 40 intensos minutos en los que tuvimos literalmente que cargar con la moto, llegamos a una carretera donde había seres humanos. La cara nos cambio por completo. Paramos a comprar agua y a tomar fuerzas. Estábamos rotos y felices. La experiencia había sido dura pero maravillosa y diferente.
Totomala – Ring 1 h 39 min (67,4 km)
Bien! Había asfalto casi todo el rato, se estaba poniendo el sol y las vistas eran de postal. Las montañas estaban cubiertas por una hierva alta de un verde tan verde que pocas veces habíamos visto.

Antes de llegar a Riung pasamos por una zona de manglares de unos 8 kilómetros. La luz era dorada. El destino estaba cerca. Cada vez había más casas, gente jugando al fútbol, familias charlando en frente de sus casas, todo indicaba que íbamos por el buen camino.
Le preguntamos a unos chicos que estaban tocando la guitarra donde estaba Riung. Nos señalaron el pueblo. Llegamos.
Qué hacer en Riung
Riung es un pequeño pueblo pesquero que tiene enfrente el Parque marítimo de las 17 islas (Pulau Tujuhbelas). Cuentan con un rico ecosistema tanto terrestre como marítimo. El estado de las carreteras, como bien sabéis a estas alturas del artículo, hace que el norte de la isla de flores sea más salvaje y con menos turístico.
En Riung, a parte de disfrutar de la gente local y de la tranquilidad, podemos disfrutar de unas atracciones naturales que no os dejarán indiferente.
Parque marítimo de las 17 islas (Pulau Tujuhbelas)
La excursión por las islas no es barata (sobre 350000 rupias por persona) pero si investigáis un poco en el puerto, se pueden encontrar barcos de particulares por la mitad de precio. Casi todas las islas son paradisíacas, de arena blanca, aguas cristalinas y llenas de preciosos corales y de miles de peces.

Nosotros compartimos un barco con los únicos extranjeros que había en el pueblo en ese momento. Uno de ellos había negociado el precio el día anterior. Por la mañana nos estaban esperando en el muelle de Riung.
El trayecto a una de las islas es de poco menos de 20 min. Atracamos en la playa e hicimos una pequeña caminata hasta la cima, donde una maravillosa panorámica deleitará vuestros ojos.


Los fondos marinos son muy bonitos, preciosos corales y multitud de peces. No es Raja Ampat, pero disfrutaréis mucho del espectáculo. Las aguas están claras y la temperatura es la idónea para poder hacer snorkel.
La comida no estaba incluida en el precio así que después de tomarnos unos bocadillos y unas frutas seguimos disfrutando del lugar. No os olvidéis de vuestras licras, ni del protector solar.
Murciélagos gigantes de Riung
En el norte de Ontoloe, la mayor de las islas del archipiélago, y en la isla de Kalong se encuentra una especie de murciélago llamado «zorro volador». Son polinizadores como las abejas, por lo que resultan vitales para la salud y la reproducción de los árboles con floración como el Mango. Hay millones y es impresionante ver como levantan el vuelo al atardecer en busca de fruta hacia Riung.


En la propia lancha nos dirigimos a ver como duermen durante el día. Miles de ellos se cuelgan de árboles secos. Nunca habíamos visto tantos murciélagos juntos y menos de ese tamaño. En Raja Ampat, unas semanas después, nos volveríamos a encontrar con ellos.

Atardecer en Riung con sorpresa
Para disfrutar de esta inusual puesta de sol os recomendamos desplazaros al oeste de Riung. Con vuestro sentido de la orientación, que seguro que es bueno, os colocaréis enfrente de la isla Kalong, donde dormían los murciélagos. Hay que ir en el momento adecuado para no perderse este espectáculo de la naturaleza y no hablamos precisamente del sol.
Mas de un millón de murciélagos emprenden el vuelo al atardecer hacia las plantaciones de Mango. El cielo se llena de murciélagos, formando una nube en dirección tierra firme. Es la típica estampa que hasta que la ves con tus propios ojos no te la puedes ni imaginar. Es realmente asombroso. No os lo perdáis. Este ritual se repita todos los días y si las condiciones metereológicas son perfectas, la vivencia es única. La foto no le hace mucha justicia a tal evento pero los miles de puntitos negros no son manchas en el sensor ;).
LOS 12 ATARDECERES MÁS BONITOS DEL MUNDO

Una de las noches que pasamos allí me dirigí hacia el camino de enfrente de pequeño “hotel”. Los árboles empezaron a zarandearse de un lado para otro y escapé corriendo asustado. Los propietarios del hotel me vieron y empezaron a reirse. Bats my friend!
Por la noche suelen estar comiendo en los árboles frutales por todo Riúng así que no os asustéis.
Plaza del mercado de Riung
No esperéis gran cosa, los locales se juntan para comprar pescado del puerto y verduras. Aquí podréis encontrar fruta y bebidas para vuestras excursiones.
Dónde dormir en Riung
Riung es muy pequeño y la oferta hotelera no es muy grande. Nos alojamos en el Café del Mar, lo regentaban unos rastafaris muy simpáticos que tenían un grupo de rock. Cenamos allí pescado fresco y verduritas, el plan perfecto después de un largo día en moto: no moverse del hotel, reponer fuerzas, probar un licor casero estupendo y descansar.
Booking.com5. ETAPA 5: RIUNG – RUTENG – 4 h 35 min (162 km)

Si pensábamos que lo más difícil había acabado estábamos equivocados. Decidimos seguir por la carretera del norte pegada a la costa. Hay zonas sin asfalto, maleza invasiva, desniveles, socavones, nada nuevo. Estábamos curados de espanto.

Riung – Reok 3 h (107 km)
Salimos de Riung destino Reok , la carretera transcurre por la costa. Las vistas y la brisa del mar son una aliciente, aunque creo que hay más socavones en este tramo que en el anterior. Hay que ir con los cuatro ojos en la carretera. Llegamos incluso a cruzar un río por el agua porque el puente estaba roto.
Apenas nos cruzamos con turistas, pues, como siempre, nos habíamos decidido por la opción menos fácil.
No encontraréis muchos pueblos pero si casas cada cierto tiempo. Si hay casas hay gasolina. Las venden en botellas y las hay por todas partes. Eso es bueno.
Realizamos una parada en una playa para descansar y tomar una fruta.

Los tramos que se encuentran bien son como las carreteras secundarias de cualquier pueblo, eso sí, un poco más estrechas. Acostumbraros a usar el claxon en cada curva, lo mejor es ir a una velocidad moderada. Recordad que suele haber muchos animales por la calzada.
Al llegar a Reok ya nos incorporamos a la carretera principal, por decirlo de algún modo, destino Ruteng.
Reok – Ruteng 1 h 35 min (55,3 Km)
Seguimos a nivel del mar hasta que a 12 km de Reok empieza un ascenso sin descanso hasta Ruteng. La carretera tiene muchísimas curvas. Podríamos decir que no hay una sola recta en este tramo. Es una gozada. En varios tramos la carretera está cortada por desprendimientos producidos por las lluvias.
Al ascender se nota que la temperatura poco a poco va bajando. Como en toda la isla de Flores las vistas de los valles a medida que asciendes son impresionantes. En algunas zonas el tráfico aumenta, sobre todo al pasar Pagal, un pequeño pueblo antes de llegar a Ruteng. De todas formas, mientras no haya niebla, típica de los bosques tropicales de esta zona, todo va bien.
Finalmente llegamos a Ruteng por la carretera del Norte. Ya era noche y hacía frío. Había muchísima gente en las calles, algo pasaba. Bien!! Había un concierto de rock en una especie de parque.
Nos sorprende que miles de personas asisten al concierto con los cascos puestos sobre sus cabezas. La estampa era de lo más divertida.
Fue un buen final para este magnífico viaje en moto de 14 días.
Perder el Rumbo. Ruta isla de Flores. Indonesia. Viaje en moto 5 etapas.
5 comentarios en “Ruta isla de Flores. Indonesia. Viaje en moto 5 etapas.”
Hola, podrias decirme mas o menos cunto pagasteis por el alquiler de la moto? Fueron 5 dias, verdad? Gracias!
Hola Raquel!
Cuando nosotros fuimos no fue fácil alquilar la moto para recorrer la isla. El motivo que nos daban era que muchas de las carreteras estaban en bastante mal estado. Otro de los motivos era que al alquilar solo una moto para dos personas no iba a tener suficiente potencia. Al final una empresa de alquiler nos puso en contacto con un particular que accedió a ello y si no recuerdo mal fueron sobre 7- 8 euros día y un DNI como fianza. La empresa se llamaba Kita, creo recordar. No os olvidéis de hacerle fotos a la moto. Cuando vean que os tomáis la molestia no tendréis ningún problema al devolverla.
Disfrutad del viaje, será inolvidable y muy bonito. Cualquier otra duda aquí estamos. Muchas gracias por leernos.
Un saludo!
Enhorabona por el blog, buenísima toda la info que habéis colgado. Me interesa recorrer la isla en moto pero la verdad es que no hay mucha info sobre Flores.
En qué año y mes realizasteis este loop por Flores?
Si no buceamos, recomendáis visitar el parque nacional de Komodo? Tampoco nos interesa demasiado ir a ver s los dragones empachados de pollo XD!
Un saludo y de nuevo, gracias por este blog.
Ante todo, muchísimas gracias, Juanma. La isla de Flores es una maravilla y te recomendamos muchísimo su visita. Si puedes recorrerla a tu aire, la experiencia será aún más inolvidable. En cuanto a la isla de Komodo, nosotros preferimos evitar el turismo que involucra animales en peligro de extinción, ya que a menudo no se manejan de manera adecuada, como pasa con los dragones de Komodo. No están en su estado natural, lo que puede afectar negativamente su bienestar. Sin embargo, la isla es bonita y la decisión es personal. Pero, a veces los principios pueden tener más peso que la belleza del lugar. ¡Un saludo y muchísimas gracias por leernos!
Juanma perdona, se nos olvidaba! fuimos en Febrero!!