Perderse en Yogyakarta, un plan perfecto.

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Lucía y yo cogidos de a mano viendo el volcán Villarrica.
Perder el Rumbo

Lucía y Pixi

Yogyakarta rebosa vida con sus bulliciosos warungs y sus tuc tucs, que, a diferencia de los motorizados en Tailandia, en su mayoría funcionan a pedales. La hospitalidad y sonrisas de su gente te hacen sentir acogido de inmediato.

Explorar esta ciudad es adentrarse en lo desconocido, descubriendo sorpresas en cada paso. Con tantas atracciones y actividades, perderse en Yogyakarta se convierte en un plan perfecto.

Queremos daros una visión diferente y empezar por un lugar que normalmente pasa desapercibido a los ojos de los viajeros. Después os hablaremos de los lugares más emblemáticos e imprescindibles que ver en Yogyakarta. No os perdáis esta maravillosa ciudad, sin duda, os sorprenderá.

Las orillas de colores del río Code. Yogyakarta

Lo primero que llamó nuestra atención en esta pequeña ciudad de Java fueron unas casitas en los márgenes de un río. Yogyakarta era nuestro primer contacto con Indonesia, las calles estaban repletas de enormes carteles publicitarios con inmensas letras de neón. Entre ellas estaba un gigantesco letrero de McDonals que contrastaba con un humilde barrio debajo del puente de Gandolaya.

Mujer vestida de un color rosa intenso cruza el Puente de Gandolaya cargada con tres cestos. Yogyakarta
Puente de Gandolaya
Vista general desde el Puente de Gandolaya de los tejados y casas de colores del río Code. Yogyacarta
Río Code- Yogyacarta

Orígenes del barrio. Premio Aga Khan de Arquitectura 

Cuenta la historia que el asentamiento de casas a lo largo del río fue construido por inmigrantes ilegales y por «indeseables»de la sociedad. Levantaron sus hogares sobre vertederos y alcantarillas abiertas. Como contrapunto a este marginal comienzo, hoy en día es una pequeña joya urbana.

Inicialmente las viviendas consistían en cartones cubiertos de láminas de plástico que se desintegraban con las fuertes lluvias. En 1983, el gobierno estaba a punto de demoler el poblado. Fueron dos hombres, Willi Prasetya, lider de la comunidad, y el arquitecto autodidacta indígena Yousef B. Mangunwijaya, los que impulsaron que se reformaran las casas y se tiñera de colores la marginalidad. Indujeron a dos periódicos locales a proporcionar ayuda financiera. El diseño y la construcción comenzaron en 1983.

La mayoría de las construcciones se apoyan sobre columnas o pilares debido a las malas condiciones del suelo y la topografía empinada de las orillas del río. Las viviendas están conectadas por callejones intrincados y escalones de terrazas.

La arquitectura de estas casas detalla la aspiración del arquitecto que luchó por mantener la vida de este pueblo. Quería crear una comunidad sostenible y cooperativa y, por ello, se creó la «Casa de la Hermandad de los Vecinos». En 1992 Mangunwijaya ganó el Premio Aga Khan de Arquitectura por su trabajo en los barrios marginales de la orilla del río.

Casas adornadas con pinturas de arte callejero. También observamos ropa de colores en un tendal. Yogyakarta
Río Code- Yogyacarta
Casitas de colores, rojos, azules. Son casas humildes a orillas del río donde juegan varios niños. Yogyakarta
Casitas de colores – Río Code

Gentes del río Code en Yogyakarta

Este lugar, como decíamos anteriormente, comenzó como un refugio para los pobres, para los exconvictos o para los inmigrantes que buscaban una nueva oportunidad. Se convirtió en el hogar de aquellos que quieren vivir sin ser juzgados por su sexualidad, su estado civil o por su ocupación no convencional.

Actualmente, los habitantes del barrio comprenden de 30 a 40 familias que realizan, en su mayoría, diferentes trabajos en el mercado cercano de la ciudad. Aquí residen una fábrica familiar de tofu, productores de jamu (medicina herbaria), sastres, fabricantes de sandalias o personas que mantienen limpia Yogyakarta.

6 niños posando para la fotografía. Al fondo se ve una casa adornada con pinturas de arte callejero. Yogyakarta
Gentes río Code
que sonríe con dulzura al fotógrafo. Yogyakarta
Gentes río Code
Escena de una familia en la puerta de su casa. Dos mujeres y sus tres hijos rodeadas de gallinas. Yogyakarta
Gentes río Code
Retrato de una anciana muy sonriente y vestida con un vestido de flores de colores. Yogyakarta
Gentes río Code

Las tierras pertenecen al Sultán.  Al menos, a diferencia de las comunidades de ocupantes ilegales de ciudades más grandes, residen en hogares relativamente bien establecidos y viven sin la amenaza inminente de desalojo.

Contraste entre las humildes casas de colores del río Code y un cartel del McDonalds que está en lo alto. Yogyakarta
McDonalds sobre el río Code
Cartel donde aparece un niño musulmán y una jaula de pajaritos colgados en la pared azul de una de las casas de colores del río Code. Yogyakarta
Yogyacarta
Señora sonriente asomada a la ventana de una de las casas del Río Code. Yogyakarta
Gentes – Río Code

El puente Kali Code es también un lugar de reunión donde los jóvenes vienen a pasar el rato.  Entre ellos se encuentran los waria boys, artistas transgénero masculinos que deambulan entre los puestos sacudiendo sus maracas, hechas de botellas llenas de arroz seco o tapas de botellas.

Pero el río también es una amenaza. El ejército elevó unas barreras de contención para detener las inundaciones de la estación húmeda. Las barreras ayudan, pero su construcción, redujo significativamente el ancho del río y como consecuencia muchas partes de Yogyakarta todavía se inundan.

Tuc tuc motorizado sobre el puente de Kali Code. Perderse en Yogyakarta
Puente Kali Code

El Monte Merapi cercano a la ciudad no descansa y, a veces, sus frecuentes erupciones también interrumpen la tranquila vida a orillas del río. Con sus 2.911 metros de altitud, es el volcán más activo de Indonesia. Ha hecho erupción 69 veces desde 1548.

Hace años este río era un basurero de la ciudad. En él se vertían, entre otras cosas, desperdicios de animales y restos de cuero. Trabajando con los residentes, mediante el Programa Kali Code Care, se ha logrado que este tipo de desperdicios ya no terminen en el río.

En las últimas décadas otro material, el plástico, constituye un gran problema a nivel mundial. Un porcentaje muy alto de la basura que genera Indonesia no está controlado. Gran parte de la población nunca ha recibido formación en este sentido, por lo tanto, no son conscientes de las consecuencias de tirar residuos al mar o al río, en este caso. Antiguamente los envases eran reciclables, de origen animal o vegetal, por lo tanto, tirarlos al río no tenía consecuencias. Aunque han surgido muchas iniciativas, tanto locales como foráneas, para intentar paliar este asunto todavía queda mucho trabajo por hacer.

Nos parecía importante destacar este rincón de Yogyakarta, porque su historia y sus gentes nos emocionaron. La realidad es que no es habitual ver a viajeros recorriendo la zona. La decisión de visitarlo o no es vuestra, pero al menos ya conocéis un poquito más de este bonito barrio de colores que habita en los márgenes del río Code.

Casitas de colores en el Río Code. Yogyakarta
Paseo por el río Code
Dos jaulas con pajaritos y de fondo una pared roja perteneciente a las casas de colores del Río Code. Yogyakarta
Jaulas. Casas de colores del río Code

Otros puntos de interés ¿Qué ver en Yogyakarta?

Callejear es, sin duda, la mejor forma de conocer una ciudad y a sus gentes. Yogyakarta invita a perderse, a disfrutar de sus artes tradicionales y de su patrimonio cultural. La creatividad inunda sus calles, repletas de arte callejero. Os dejamos los mejores lugares que ver en Yogyakarta:

1- Malioboro

Es la calle principal de Yogyakarta, está repleta de tiendas, bares, restaurantes y exposiciones de Batik.

El batik es una técnica basada en el uso de la cera de abeja derretida. Se encera a mano las zonas de la tela que no quieran ser coloreadas y después se fijan las anilinas en aquellas zonas no enceradas. Una vez seca, la cera se absorve en papel de estraza mediante un planchado. Este procedimiento se puede repetir tantas veces como colores se deseen aplicar a la obra. En la actualidad existen muchas imitaciones realizadas industrialmente. El batik indonesio fue inscrito en 2009 en la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.

Una calle llena de vida, no dejéis de daros un paseo por este emblemático lugar de Yogyakarta.

2- Calle Sosrowijayan

Es el centro mochilero de Yogya junto a Prawirotaman. Hace esquina con la calle Malioboro. Aquí nos encontramos la mayor concentración de hostales y casas de huéspedes. Las dos zonas son buenas para alojarse en Yogyakarta. Podréis cambiar dinero, alquilar motocicletas o contratar algún circuito, si estáis interesados.

Niños sonrientes en bicicleta por el centro de la ciudad. Yogyakarta
Yogyacarta
Pintura étnica de dos elefantes en una pared. Se mexclan axzules, amarillos y negros. Yogyakarta
Arte callejero – Yogyacarta
Chicas delante de un warung, sitio típico de comida en Indonesia. Yogyakarta
Yogyacarta
Pintura en la medianera de un edificio en vivos colores. Arte callejero. Yogyakarta
Arte callejero – Yogyacarta
Señor mayor portando su tuc tuc con las manos en el puente de Gandolaya. Yogyakarta
Puente Gandolaya
Cartel colorido de dibujos animados visto desde el suelo. Se ve el cartel y el cielo azul. Yogyakarta
Carteles – Yogyacarta

3- Taman Sari Water Castle

El «Castillo del agua» es un antiguo «palacete» construido originalmente como un lugar en el que el Sultán podía descansar, meditar o trabajar. Tiene una mezquita, un espacio de descanso y baño y túneles subterráneos. Aunque se encuentra muy deteriorado debido a un terremoto en 1867 todavía conserva un extraño encanto.

4- Kraton. Palacio del Sultán.

Sin duda uno de los lugares imprescindibles que ver en Yogyakarta. El Palacio del Sultán o Kraton fue fundado en 1756. Es una pequeña ciudad dentro de Yogya. El palacio está resguardado por una muralla de cuatro kilómetros de longitud. El complejo se compone de diversos edificios y un pequeño museo con pinturas y objetos pertenecientes a los sultanes. Actualmente es la residencia del sultán y también es utilizado para otras actividades ceremoniales y culturales de la corte.

Detalles del Palacio del sultán. Un león desculpido sobre una pequeña columna y un espejo de marco dorado al fondo. Yogyakarta
Interior Kraton
Músicos en el Palacio del sultán. Yogyakarta
Espectáculo en el Palacio del sultán
Palacio del sultán. Interior en que se aprecian unas columnas que soportan unos cubos con cristales verdes que se reflejan en el brillante suelo. Yogyakarta
Kraton – Yogyacarta
Suelos del palacio del sultán con bellos dibujos y una señora sentada en unas columnas al fondo. Yogyakarta
Palacio del sultán – Yogyacarta

¿Qué ver en los alrededores de Yogyakarta? 

1- Templo de Borobudur

Este templo se encuentra a 40 Km de Yogyakarta. Nosotros alquilamos una moto y decidimos llegar al templo por carreteras secundarias, contemplando el paisaje con tranquilidad. El camino es espectacular.

Es el monumento budista más grande del mundo. Este santuario y lugar de peregrinaje fue construido entre los años 750 y 850. Borobudur fue abandonado tras el ocaso de los reinos budistas e hindúes y la conversión de las gentes de Java al Islam en el siglo XIV. Fue descubierto por el gobernador británico de Java, Thomas Stamford Raffles, en 1814. Hoy en día Borobudur es Patrimonio de la Humanidad.

El templo se asienta en un valle rodeado de montañas que los lugareños llaman mahagelan «brazalete gigante». Las aldeas cercanas son Karang, que destaca por la producción de tofu, y Nglipoh, que se distingue por su alfarería. No dudéis en visitar Borobudur, tanto el templo como el paisaje son alucinantes. Ríos, árboles milenarios, frutales y arrozales os acompañarán en la aventura.

2- Templos de Prambanan

Este conjunto de más de 200 templos hinduistas está dedicada a Brahma, Visnú y Siva. Son especialmente espectaculares al atardecer. Fueron construidos durante el siglo IX. Se encuentra a unos 18 km al este de Yogyakarta en dirección a Surakarta. Es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 1991. Si Borobudur es el templo budista más grande de Indonesia, Prambanan es el templo hindú más grande del país.

3- Volcán Merapi

Indonesia está situada en el cinturón de fuego del Pacífico. Es una de las zonas sísmicas más activas del planeta. El monte Merapi o «Montaña de fuego» es el más activo de Indonesia. Es uno de los volcanes más peligrosos del mundo, debido a su historial de erupciones y su proximidad a zonas habitadas . De hecho en los años 90 fue incluido en la lista de ‘Volcanes de la Década’, un proyecto iniciado por la Asociación Internacional de Vulcanología y Química del Interior de la Tierra. Es visible desde muchos puntos de Java y el paisaje resulta impresionante.

Volcán entre nubes. En primer témino se ve un arrozal verde y al fondo palmeras y el volcán imponente. Yogyakarta
Volcán Merapi
Dos chicas de Indonesia recorren en bicicleta unos verdes campos rodeados de palmeras. Yogyakarta
Camino de Borobudur
Campesinas trabajando en los arrozales. Yogyakarta
Camino de Borobudur
Campesinas haciendo un descanso para comer. Yogyakarta
Camino de Borobudur
Vista general del templo de Prambanan y su reflejo en un charco después de una fuerte tormenta. La calma después de la tempestad. Yogyakarta
Prambanan
Reflejo de las torres de Prambanan en un charco. Fotografía en blanco y negro. Yogyakarta
Prambanan
Chicas de un colegio con velo haciéndose fotografías en Prambanan. Yogyakarta
Prambanan
Señora con velo haciéndose un retrato con un palo de selfie en el templo de Prambanan. Yogyakarta
Prambanan

⭐️ Perder el Rumbo. Perderse en Yogyakarta

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