Pacaya Samiria, tour de 4 días en el Amazonas peruano

Nos aventuramos a conocer el corazón de la selva amazónica peruana en un rincón único: La Selva de los Espejos. ¡Te contamos cómo!

Vista aérea de la reserva nacional de Pacaya Samiria. Observamos el río Yanayacu.
Lucía y yo cogidos de a mano viendo el volcán Villarrica.
Perder el Rumbo

Lucía y Pixi

¿Te gustaría perderte en la selva amazónica, explorar sus ríos y aprender de la gente local de manera auténtica y respetuosa? Pues nos vamos a remar entre la exuberante vegetación, a descubrir todos sus secretos y a conectarnos con la sabiduría de quienes han vivido allí por generaciones. ¡Esta es tu oportunidad de vivir una aventura única en la Amazonía! ¡Quédate con nosotros y te contamos cómo!

Reserva Nacional Pacaya Samiria, la fascinante Selva de los Espejos

Nos vamos a la Reserva Nacional Pacaya Samiria, una parte de selva amazónica que destaca como un paraíso de biodiversidad de la Amazonía peruana. Es la segunda reserva más extensa del país y la mayor área inundable de Sudamérica, albergando más de 1000 especies de fauna.

Su distintivo radica en sus extensos ecosistemas de humedales, que la convierten en el humedal más grande de la Amazonía. Además, sus aguas oscuras de la reserva actúan como espejos, reflejando con claridad la rica biodiversidad y el paisaje, lo que le ha otorgado el apodo de Selva de los Espejos.

Entre las especies emblemáticas que habitan esta zona se encuentran el delfín rosado, el lobo de río, el guacamayo o el caimán negro.

Pacaya Samiria tour 4 días

La Reserva Nacional Pacaya Samiria es un destino ideal para sumergirse en la naturaleza y experimentar una auténtica aventura en lo más profundo de la selva amazónica peruana. Este paraíso selvático se puede visitar de una manera fácil, segura, ecológica, contribuyendo a la conservación de la fauna y la flora y ayudando a las comunidades que la protegen.

¿Dónde contrato el tour a Pacaya Samiria?

Nosotros pasamos unos días en Pacaya Samiria con Linorio Novoa y la comunidad local Yarima. Juntos regentan un ecolodge, el Yvi Mara Ey, en el río Yanayacu, en el corazón de la reserva nacional de Pacaya Samiria.

Yvi mara Ey
Vista aérea del ecolodge Yvi mara ey en la Reserva Nacional de Pacaya Samiria
Yvi mara Ey

En nuestro caso en concreto, aunque nuestro viaje fue por libre, el tour por Pacaya Samiria lo contratamos, de forma excepcional, a través de la empresa de viajes organizados Ruteart. La empresa Ruteart suele organizar viajes por el mundo fantásticos y alternativos de grupos reducidos, en los que solo tendrás que preocuparte de disfrutar del viaje.

Si no queréis un viaje organizado a Perú, l a mejor opción es contratar el tour directamente con Linorio. Si os interesa esta opción os dejamos su página web. Reservas Yvi Mara Ey

El Tour en Pacaya Samiria incluye:
-Transporte exclusivo por carretera desde Iquitos a Nauta (ida y vuelta).
-Viaje fluvial en bote a motor fuera de borda de Nauta a Yarina (ida y vuelta).
-Pago del derecho de ingreso a la Reserva Pacaya Samiria.
-Alojamiento en Yvi Mara Ey, Lodge en Yarina, en habitaciones con baño privado (dobles, matrimoniales o cuádruples según su preferencia).
-Todas las comidas desde la salida de Nauta hasta el regreso a la misma ciudad.
-Guía local durante todo el viaje, estadía y todas las actividades programadas.

También tenéis otras opciones como este Tour de 3 días por Pacaya Samiria, un recorrido más corto pero igualmente interesante.

Cuando planificamos nuestro viaje a la Reserva Nacional de Pacaya Samiria, estábamos ya explorando Perú, primero en el mágico entorno del lago Titicaca y luego en la histórica ciudad de Cuzco. Fue entonces cuando tomamos la decisión de dirigirnos hacia Iquitos, la metrópoli más extensa del planeta a la que solo se puede llegar por vía fluvial o aérea, ya que es inaccesible por carretera.

Os contamos paso a paso y por días todo el itinerario que realizamos.

Día 1 – Cuzco – Lima – Iquitos

Después de embarcar en un avión desde Cuzco y realizar una breve escala en Lima, tocamos tierra en Iquitos tras un vuelo de 2 horas y 40 minutos. Las vistas desde lo alto nos ofrecieron un espectáculo asombroso de la selva amazónica.

Durante un buen rato, el paisaje se componía únicamente de un vasto manto verde de vegetación con meandros infinitos que se entrelazaban entre sí.

Meandros del río Nanay desde el avión.
Meandros del río Nanay
Rio Marañón

Dejamos atrás este espectáculo visual de la exuberante Amazonía peruana y llegamos a Iquitos, la ciudad más grande de la región y la bulliciosa capital del departamento de Loreto. Iquitos, conocida en el pasado por su actividad en la industria del caucho y el petróleo, ha experimentado una gran transformación económica, centrándose en gran medida en el turismo en la actualidad.

En los últimos tiempos, Iquitos ha cobrado fama gracias a la creciente tendencia de probar la ayahuasca, convirtiéndose en un imán para visitantes de todas partes del mundo. Curiosamente, lo primero que nos propusieron al llegar fue la oportunidad de experimentar con esta planta sagrada.

Decidimos que nuestros chacras podían esperar y continuar desalineados por un tiempo y optamos por explorar la ciudad, descubriendo sus fascinantes puntos de interés.

Para moverse por la ciudad, los tuc tucs son los reyes del asfalto. Aunque un tanto ruidosos, brindan una experiencia única y, sobre todo, económica. Eso sí, una buena mascarilla puede resultar útil para evitar el humo en carretera.

Tras conseguir un alojamiento para la noche, nos aventuramos a explorar el animado Iquitos:

En el Mercado Anaconda, a orillas del río Amazonas, los artesanos locales ofrecen auténticos y coloridos souvenires. Desde tallas en madera y pinturas folclóricas hasta textiles vibrantes y joyería con semillas de la selva. Un lugar perfecto para llevarse consigo un pedacito de la experiencia.

Mercado cubierto con uralitas de metal en el amazonas. Se dispone a modo de palacito.
Mercado Anaconda
Mercado cubierto or uralitas en el amazonas.
Mercado Anaconda

El Restaurante Fitzcarraldo es un homenaje a la icónica película dirigida por Werner Herzog en 1982, que lleva el mismo nombre. La trama sigue a Brian Fitzgerald y su ambicioso proyecto de construir un teatro de ópera en medio de la fiebre del caucho en Perú.

En Iquitos, esta historia tiene una importancia especial, ya que algunas de las escenas más memorables fueron filmadas en esta ciudad.

El restaurante, que rinde homenaje a la película al adoptar su nombre, se convierte en un lugar emblemático con un significado especial tanto para la comunidad local como para los cinéfilos de todo el mundo.

Al visitarlo, te sumergirás en la historia ya que allí encontraréis recuerdos originales de la película, como el timón y el mascarón de proa del barco a vapor utilizado en la filmación, fotos o afiches que anunciaron su estreno en 1982.

Interior del restaurante Fitzcarraldo decorado en un estilo colonial amazónico.
Restaurante Fitzcarraldo
Mascarón de pro del barco de la película Fitzcarraldo. una mujer desnudo rodeada por una culebra una tortuga y un caimán.
Mascarón de proa del Barco de Fitzcarraldo

La Casa de Fierro, ubicada en la Plaza de Armas, es un icono arquitectónico diseñado por Gustave Eiffel. Como dato curioso fue la primera casa prefabricada de América Latina.

Declarada Patrimonio Histórico Cultural de la Nación, ha tenido diversas funciones a lo largo de su historia, desde mansión hasta restaurante, hotel, fábrica de dulces, centro comercial y tienda de ultramarinos. En la actualidad, alberga un restaurante en su segundo piso, convirtiéndose en un atractivo turístico imperdible y en un símbolo vivo de la rica historia de Iquitos.

Interior del restaurante Fitzcarraldo decorado en un estilo colonial amazónico.
Casa Fierro

Tras explorar Iquitos, es momento de tomar un merecido descanso antes de emprender el viaje hacia nuestro próximo destino: ¡Nauta!

Día 2 – Iquitos – Nauta – Pacaya Samiria

Empieza nuestro primer día oficial en el tour de 4 días por la Reserva Nacional de Pacaya Samiria.

A las 6:30 nos recoge Linorio y un guía en las puertas de hotel. Nos dirigimos a Nauta que se encuentra estratégicamente ubicada en la confluencia de los ríos Marañón y Ucayali.

Es reconocida como puerta de entrada para las expediciones hacia la Reserva Nacional Pacaya Samiria, así como punto abastecimiento y preparación.

El trayecto nos lleva 1h 30 min por una carretera asfaltada en donde la vegetación se va volviendo cada vez más densa. A las 8 llegamos a Nauta y nos ofrecen un auténtico desayuno amazónico, compuesto de pez paiche con arroz y plátano.

Mientras esperamos por Víctor, nuestro piloto fluvial, nos da tiempo a recorrer los mercados de Nauta y realizar las últimas compras, ya que en la selva, solo la naturaleza será nuestra compañera.

Mercado en Nauta.
Mercado en Nauta

En Nauta, se pueden adquirir regalos para las comunidades indígenas, especialmente para los niños y las dos profesoras de la escuela. Lápices de colores y libretas son opciones muy apreciadas.

A las 9:00 Víctor nos recoge e iniciamos el viaje a la comunidad Yarina y hacia Yvi Mara Ey ecolodge. El trayecto, con paradas para avistar delfines rosas y aves, tiene un duración de, aproximadamente, 4h:30 min.

Después de una hora, alcanzamos la entrada oficial de la Reserva Nacional de Pacaya Samiria, ubicada en el inicio del río Yanayacu. Allí, recibimos una breve charla informativa sobre el parque, lo que podemos esperar y el tipo de selva que estamos a punto de explorar.

Una escultura de un delfín rosa nos da la bienvenida al centro de interpretación, marcando el comienzo de esta emocionante aventura en la selva.

Después de la instructiva charla, nos adentramos río arriba, explorando este paraíso natural virgen. Los primeros delfines hacen su aparición y nuestro hábil piloto, Víctor, se detiene para que podamos disfrutar de su presencia con tranquilidad.

Aunque la subida por el río Yanayacu es larga, la abundante vida que observamos hace que la travesía sea sumamente entretenida. El río fluye con gran lentitud, y el intenso color negro de sus aguas, teñido por la descomposición de hojas y ramas que caen en el agua, crea uno de los efectos más impresionantes de este lugar: un espejo perfecto.

Habitantes de la reserva con su canoa por el río yanayacu.
Rio Yanayacu

Como ya os hemos contado, a la Reserva Nacional de Pacaya Samiria se le conoce también como la Selva de los Espejos. Sus reflejos son una simetría tan perfecta que solo se ven distorsionados por el paso de alguna embarcación.

Reflejo de la rivera del río Yanayacu en Pacaya Samiria.
Pacaya Samiria – Selva de los Espejos


Al llegar a nuestro destino, el eco lodge Yvi Mara Ey, fuimos recibidos en el embarcadero y después nos mostraron las instalaciones del lugar.

El complejo cuenta con una zona común donde se sirven las comidas. Una larga pasarela de madera se extiende sobre la selva y conecta esta área con las habitaciones. Son unas cabañas preciosas y acordes con el entorno que disponen de baño privado y camas con mosquiteras.

Las construcciones están hechas de madera, y cada habitación cuenta con un pequeño porche equipado con una hamaca, el lugar perfecto para relajarse y disfrutar de los sonidos de la selva.

Yvi Mara Ey

Después de un día intenso y de una sabrosa cena es hora de descansar. Mañana partiremos antes de la salida del sol en una emocionante excursión río arriba para descubrir parte de este paraíso amazónico.

Aunque las actividades están cuidadosamente planificadas y organizadas, el desarrollo de las excursiones o la distribución de los días dependerá en gran medida de lo que estéis buscando, ya que Linorio y su equipo se adaptarán a vuestros deseos y necesidades.

Nos acostamos acompañados de una melodía natural y vibrante que refleja la diversidad biológica única del ecosistema selvático. Esta sinfonía está compuesta por por un sinfín de sonidos, desde el croar de ranas o el canto de insectos y de las aves nocturnas.

Junto con el susurro del viento entre la densa vegetación se crea una experiencia auditiva envolvente y fascinante que difícilmente se puede olvidar y que nos acompañó incluso en nuestros sueños.

Día 3 – Excursión Día / Noche

Amanece en la selva, y la fauna local decide darnos la bienvenida con una araña gigante que descansaba plácidamente en nuestra habitación. Claramente esta entrañable criatura no entendía que los humanos, en general, preferimos despertarnos con café ;).

Después de un abundante desayuno nuestra canoa está preparada a las 6:00 para una travesía río arriba.

A estas hora de la mañana es cuando las aves están más activas, el espectáculo solo acaba de empezar. Navegamos río arriba con motor y después de un largo recorrido regresamos en silencio con la ayuda de los remos y la corriente.

La salida del sol en la Selva de los Espejos es impresionante. El color dorado del amanecer se refleja en agua creando una luz cálida en todo el entorno. La temperatura es perfecta y el sonido de los pájaros se vuelve cada vez es más intenso.

Desde la embarcación, pudimos ver las charapas, simpáticas tortugas de río tomando el sol en los troncos a nivel del agua. También observamos murciélagos hábilmente camuflados en la corteza de los árboles, garzas, guacamayos de vivos colores, martines pescadores, caracaras negros, tangaras y una variedad de pájaros tan coloridos como un arco iris.

Tortugas en un tronco en la rivera del río Yanayacu.
Tortugas Taricayas
Murciélagos camuflados en un tronco.
Murciélago de probóscide

Unos buenos prismáticos os serán muy útiles para su observación. Con el zoom de nuestra cámara llegamos a captar buenas instantáneas de varias especies.

Martín pescador volando.
Martín Pescador
Garza

Descendemos por el río en completo silencio, sumergiéndonos en la sintonía natural de la selva. Sin el murmullo del motor, cada sonido se vuelve más nítido.

Garza Pileada
Guacamayos

Nuestro guía nos lleva por uno de los múltiples afluentes que tiene el río Yanayacu. Es una primera incursión por la selva, donde la densidad vegetal nos obliga a avanzar en total sigilo, atentos a cualquier indicio de vida salvaje.

Navegamos a través de un bosque inundado, incluso agachándonos en la canoa para sortear los obstáculos del entorno.

Una vez en tierra exploramos a pie el bosque inundado, maravillándonos con la diversidad de plantas y árboles. Nos topamos con imponentes termiteros y las temidas hormigas bullets, cuyo potente veneno provoca un dolor intenso. Con precaución, evitamos cualquier contacto o apoyo, ya que sus múltiples mordeduras podrían tener consecuencias graves, incluso la muerte.

Lucía en la proa de la canoa río arriba.
Amanecer en Pacaya Samiria
Trekking por la selva frondosa.
Caminando por la selva

Divisamos a lo lejos a los monos aulladores y monos arañas, aunque su inquietud constante ante nuestra presencia hace que sea todo un desafío seguirlos con la vista.

Es esencial vestirse con ropa larga en piernas y brazos para evitar picaduras de insectos. Si no lleváis botas, el ecolodge os proporcionará el calzado adecuado para caminar por los senderos inundados.

Acompañados siempre por nuestro guía, nos sumergimos en esta experiencia, siguiendo todas sus indicaciones y disfrutando del entorno sin preocupaciones. Extraviarse en este lugar no es una opción ni una buena idea.

Regresamos a las cabañas para reponer fuerzas y descansar un poco. A las 16:00 reanudamos la excursión en otras zonas del río hasta las 19:30, momento en el que nos preparamos para la cena.

Navegando por el río Yanayacu. Vista aérea.
Excursión por el río

Y llega el momento tan esperado, nos aventuramos en el río en plena oscuridad. Armados solo con pequeñas linternas, buscamos la suerte de avistar algún caimán negro.

Si el amanecer nos ofreció un espectáculo impresionante, la noche nos deja sin palabras. Las estrellas se reflejan en el agua, creando la sensación de navegar en el espacio exterior, todo acompañado por sonido inconfundible de la selva amazónica.

Día 4 – Excursión y visita a la comunidad Yarina

En esta ocasión, no nos tocará madrugar para embarcarnos río arriba para disfrutar de un agradable picnic y probar suerte con la pesca. Utilizaremos pequeñas ramitas y anzuelos mínimos, me imagino que para evitar la posibilidad de atrapar un paiche gigante.

Lancha para navegar por el río Yanayacu.
Picnic en el Yanayacu
Delfin rosa de la Amazonia peruana.
Delfín Rosa

En esta zona de la selva peruana habita el paiche, un pez de agua dulce considerado como uno de los más grandes del mundo. Puede llegar a pesar hasta 200 kilogramos y a medir más de tres metros de largo.

En esta caminata estábamos acompañados por un grupo de personas y nos adentramos por un sendero hacia «El Abuelo», un árbol lupuna o ceiba considerado el segundo más alto del planeta. De todas formas, al ver la selva desde el aire, pensamos, con esperanza, que habrá muchos más.

En el transcurso de este trekking amazónico, nos encontramos con varios árboles de caucho, así como el asombroso cashapona, también conocido como el «árbol que camina». Es impresionante, no tiene un único tronco, sino varios a modo de piernas, desplazándose según le convenga para obtener más nutrientes y rayos de sol.

ärbol gigante Lupuna con lucía en su base. Es inmenso.
Lupuna o Ceiba
Tallos del cashapona el árbol que camina.
Cashapona

Unas mariposas Morpho azules bailan delante de nosotros, su tamaño es más grande que la palma de una mano y su color es de un azul metálico intenso. Apenas podemos hacerles una foto, ya que su errático movimiento y velocidad nos dejan solo tiempo para disfrutar de este momento tan mágico.

Después de un picnic junto al río, descendemos hacia el ecolodge, donde nos damos un refrescante baño. Bueno, más bien, lo disfrutó Pixi con nuestro amigo Alonso, un adolescente de la comunidad de los Yarina, con el cual hemos hecho buenas migas y al que le hemos cogido mucho cariño.

Aunque sabemos que por aquí habitan pirañas, anacondas, la peligrosa jergón, caimanes negros y anguilas eléctricas, decidimos zambullirnos. La sensación de pisar barro y nadar en estas aguas negras es extraña, pero la gran sonrisa de Alonso bien merece la pena. ¡Así que todos los miedos se quedaron en el pantalán y al agua!

Niño se baña en el río.
Baño en el río Yanayacu

Después del baño, nos dirigimos a conocer la comunidad Yarina, que tiene su poblado apenas a un kilómetro río abajo. Fundada en 1988 y con 500 hectáreas, este asentamiento ha logrado subsistir gracias al turismo y a iniciativas de desarrollo, como el programa de cría de tortugas, que contribuye a la sostenibilidad y preservación del ecosistema.

Visitamos su colegio, fundado con ayuda de una ONG española hace 15 años. Cuenta con dos profesoras y recibe escasa ayuda del gobierno peruano, pero ahí siguen gracias a la ayuda de mucha gente.

Si es posible, os animamos a contribuir con la compra de material escolar para apoyar la educación en un entorno con recursos limitados. Vuestra contribución puede marcar una diferencia significativa en estas comunidades.

Explanada de la comunidad Yarina en la Reserva Nacional de Pacaya Samiria.
Comunidad Yarina

También podéis comprar artesanía local, no hay una gran variedad, pero hay invertido mucho cariño e ilusión. Las mujeres trenzan pulseras y crean algunas figuras de tortuga con las semillas de varios árboles.

La visita a estos niños nos generó mucha emoción, sus rostros iluminados y sonrisas radiantes ante nuestros modestos regalos, como libretas y lápices de colores, nos recordaron la magnitud que tienen estos gestos aparentemente pequeños.

Al ver la cantidad de niños en la comunidad, entregamos un pequeño aporte económico a un trabajador del Ivy Mara Ey para mostrar nuestro apoyo a su educación.

Comunidad Yarina
Comunidad Yarina
Un grupo de niños observa como pintamos en una libreta.
Niños comunidad Yarina

Unas semanas después, recibimos un mensaje de Linorio con fotos que capturaron el momento de la entrega de más libretas y lápices. Las imágenes nos emocionaron mucho.

Nos vamos con cierta sensación agridulce al tener que partir y abandonar este maravilloso paraíso que nos ha dado tanto en tan poco tiempo.

La Reserva Nacional de Pacaya Samiria es ejemplo excepcional de la transición de depender de la tala de árboles y el uso indiscriminado de recursos naturales a prosperar gracias al turismo sostenible. Los habitantes locales se dieron cuenta de que la naturaleza es increíblemente valiosa y decidieron protegerla en lugar de destruirla como ocurría en épocas pasadas.

En la actualidad, en vez de recurrir a la deforestación, la Reserva Nacional de Pacaya Samiria confía en visitantes que desean sumergirse en la riqueza de la naturaleza y las culturas locales. Este enfoque no solo preserva el entorno, sino que también proporciona ingresos a las comunidades a través de servicios turísticos.

La participación activa de los habitantes locales ha sido fundamental, convirtiéndose en los principales defensores de este tesoro natural. Pacaya Samiria ejemplifica cómo es posible proteger nuestro planeta y, al mismo tiempo, desarrollar una economía sostenible.

Es un inspirador modelo para un futuro más ecológico y amigable con el medio ambiente. Sin duda, una lección valiosa sobre cómo equilibrar la conservación con el progreso.

Día 5 – Pacaya Samiria – Nauta – Iquitos

Hora de regresar, y esta vez el barco se desplaza hacia Nauta un poco más rápido, aprovechando la corriente del río. Solo hacemos varias paradas para observar a una manada de monos que se encuentran muy cerca de la orilla.

Una vez en Nauta nos desplazamos un poco más río abajo para llegar al lugar donde nace el río Amazonas, específicamente donde se encuentran el río Marañón y el río Ucayali.

Nacimiento río Amazonas.
Nacimiento río Amazonas

Una vez en Nauta, es momento de volver a Iquitos y, en nuestro caso, tomar un avión hacia Ecuador con destino a las Galápagos.

Y de Nauta a Iquitos, emprendemos el viaje de regreso. En nuestro caso, nos espera un vuelo hacia Ecuador con destino a las Islas Galápagos.

¿Cuándo visitar la Reserva Nacional de Pacaya Samiria?

La Reserva Nacional Pacaya Samiria es fascinante en todas las estaciones, pero hay matices entre la temporada de lluvias o creciente, de octubre a mayo, y la temporada seca o vaciante, que va de junio a septiembre.

Dado que es una selva inundable, los niveles de agua varían, aumentando durante las lluvias y disminuyendo en la temporada seca.

Durante la temporada de lluvias, los viajes en bote permiten llegar a lugares que, durante la temporada seca, solo son accesibles a pie. Esto puede ser una ventaja, ya que podréis explorar áreas que de otra manera sería más complicado.

En cualquier época del año, tendrás la oportunidad de disfrutar de la belleza de la reserva y observar la diversidad de vida silvestre, como delfines, aves y una variedad de primates.

En cuanto a las temperaturas son bastante uniformes durante todo el año y la mínima por la noche no baja de 22 º C de media y la máxima no pasa de 32º C.

En cuanto a detalles específicos de la fauna, la época seca ofrece más oportunidades para avistar aves, ya que los peces tienden a acercarse más a la superficie.

De septiembre a noviembre, puedes presenciar el desove de las tortugas taricayas, mientras que de julio a septiembre es la temporada para pescar paiche.

Consejos para visitar la reserva nacional de Pacaya Samiria

Aquí van algunos consejos prácticos para sacar el máximo provecho de tu visita a Pacaya Samiria:

  • Un buen seguro de viajes. ¿Te imaginas estar en medio de la selva, rodeado de exuberante vegetación, y de repente… necesitar evacuación de emergencia? Nosotros tampoco queremos imaginarlo. Por eso, en nuestra odisea selvática, llevamos siempre nuestro as bajo la manga: el seguro de Mondo por su cobertura y por su conexion 24/7 a través de su aplicación.

    Os dejamos un link donde podréis obtener un 5% de descuento en el seguro Mondo. Este seguro brinda tranquilidad y adaptabilidad en condiciones cambiantes y desafiantes como la selva.
  • Vacunarse contra la fiebre amarilla. No es obligatoria pero es muy recomendable. En cuanto a la malaria también es recomendable aunque no es una zona de alto riesgo ya que las aguas de la zona contienen muchos taninos, lo que dificulta la proliferación de estos mosquitos.

    En época seca aún se reducen mucho más. Siempre, antes de viajar, os recomendamos una visita con un profesional que os orientará mejor según vuestro itinerario a seguir. En Perú hay zonas que sí es altamente recomendable la vacuna de la Malaria.
  • Llevar ropa de manga larga y pantalones largos para las caminatas por la selva. Aunque en el Ecolodge puedes utilizar pantalones cortos y camisetas, durante las caminatas es crucial considerar los peligros potenciales, como hormigas o plantas venenosas o cortantes. Por lo tanto, es aconsejable no arriesgarse y optar por llevar ropa larga para una mayor protección.

    También es recomendable llevar un poncho por si llueve y un bañador por si quieres darte un chapuzón en el río.
  • Repelente de mosquitos y un antihistamínico tópico, por si sufrimos algún tipo de picadura.
  • Gafas de sol, crema protectora y gorro. Aunque su uso es casi una norma en todo el mundo, aquí, en la selva, el sol arde con intensidad. Confiad en nosotros, no querréis llevar quemaduras como recuerdo de esta experiencia selvática.
  • Una cantimplora o botella de agua que podrás rellenar en el alojamiento.
  • Una linterna. Aunque los frontales son bastante útiles una buena linterna led es perfecta para las excursiones nocturnas.
  • Unos prismáticos. Si os gustan las aves os ayudarán en su observación.
  • Un botiquín pequeño. Nunca está de más y los hay que ocupan muy poco. Nosotros siempre llevamos uno.
  • Cámara de fotos con un buen teleobjetivo. El río Yanayacu es muy fotogénico y la riberas están llenas de aves exóticas y de monos. Aprovechamos este punto para recordaros que llevéis varias baterías y tarjetas. 😉
  • Respeto por la naturaleza: Respeta las reglas del parque y sigue las instrucciones de tu guía. La preservación de este ecosistema es responsabilidad de todos.
  • Interactúa con la comunidad: Conoce a la gente local, apoya las iniciativas comunitarias y considera la compra de artesanías locales. Tu visita puede marcar la diferencia.

Perder el Rumbo. Pacaya Samiria, tour de 4 días en el Amazonas peruano

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