Consejos prácticos para hacer Autostop en Indonesia.
La experiencia de hacer autostop en Indonesia nos ha reportado muchas alegrías y nos ha regalado momentos únicos que difícilmente podremos olvidar. El autostop te brinda una serie de vivencias muy diferentes a las que puedas vivir en otro tipo de transporte, conocer a gente local, conocer su cultura de primera mano, comer en sitios tradicionales y otras experiencias maravillosas. Por estas vivencias merece la pena la espera, la incertidumbre o el sol abrasador en la parte trasera de una pick up.
Hay que tener en cuenta que en Indonesia casi nadie hace autostop, al menos nadie más allá de los Bule o extranjeros occidentales. En nuestra estancia de 2 meses y medio, no coindimos con ningún autostopista, pero sabemos que existen. Lo importante es que el autostop en Indonesia funciona y que llegas a los destinos marcados, eso sí, no hagáis muchos planes ni reservas, puede ser que lleguéis antes de lo pensado o puede ser que lleguéis un día más tarde.
En Perder el Rumbo nos aficionamos a esta modalidad en Tailandia, cuando conocimos a un auténtico experto en autostop, un viajero con medio mundo a sus espaldas. Aún recordamos con mucha emoción ese primer día. Era una aventura que nos apetecía muchísimo probar, aunque pensábamos, en aquel momento, que no tendríamos mucho éxito y que sería complicado que la gente nos llevase en sus vehículos. Qué equivocados estábamos y que grandes experiencias nos ha aportado el autostop.
Qué necesito para hacer Autostop en Indonesia
Como hemos dicho, casi nadie hace autostop en Indonesia, por lo que la determinación y las ganas son clave para no desesperarse y acabar en el primer bus o tren que parta hacia a tu destino. El autostop no es una cuestión de ahorro, es una cuestión de ganas de vivir el viaje desde otra perspectiva. Hemos preparado una lista de las necesidades básicas que debéis tener en cuenta si os lanzáis a la aventura del autostop en Indonesia.
- Planificad el viaje antes de la salida. Ubicad en un mapa vuestro destino y mirad cuanto llevaría hacerlo en coche. No os fiéis de lo que diga MapMe o Google Maps. La gente en Java conduce muy despacio y suele normalmente hay bastantes atascos.
- Madrugar es una de las claves. Aprovechad al máximo las horas de luz. No os recomendamos hacer autostop de noche, por motivos obvios.
- Llevad un chubasquero y unas chanclas por si llueve torrencialmente, no mojaréis vuestro calzado.
- Empaquetad lo mejor que podáis vuestras mochilas, sufrirán golpes, lluvias torrenciales, polvo etc
- Preparad una pequeña bolsa con fruta y agua. Una merienda en una pick up en marcha o en la cabina de un camión os sentarán estupendamente.
- Necesitaréis un cartón grande con el nombre del destino final. Lo mejor es que un local que os lo escriba con letras bien grandes, son gente muy amable y solidaria, lo harán encantados. El cartel debe leerse desde lejos por lo que los contrastes de las letras y el fondo del cartón son muy importantes. No es imprescindible. pero os aseguráis de que la gente sepa el destino final al que os dirigís.
- Crema del sol. Es muy importante para las horas de espera, tanto en la cuneta de la carretera como para el trayecto en la parte trasera de una pick up.
- Avisad a alguien cercano de la ruta que tenéis pensado hacer, siempre es bueno que alguien sepa por donde andáis.
- La gente local os animará a coger un bus o un tren y os indicarán en todo momento que desistáis de hacer autostop. No entienden nuestra actitud y habitualmente piensan que estamos perdidos. Si os sucede esto sonreíd, dad las gracias y seguid a lo vuestro. De todas formas, si se corre la voz y llega el alcalde del pueblo por allí, la banda de música va en camino y varias personas comienzan a mediros para hacer las estatuas de la futura rotonda, lo mejor es caminar un poquito más hacia delante y continuar en vuestro empeño, aunque la anécdota no estaría nada mal.
- Bromas aparte, la tranquilidad, la paciencia, una buena compañía y una buena conversación hacen que el tiempo de espera sea más ameno.
Dónde hacer Autostop en Indonesia
El autostop funciona, pero hay que situarse en los puntos estratégicos de salida hacia nuestro destino. Se puede hacer autostop en el centro de una ciudad, pero la posibilidades de que os paren son muy escasas en relación a las que tendréis en una vía de salida.
- Buscad en un mapa cuál es la carretera de salida hacia tu destino. Dependiendo del tamaño de la ciudad de salida podéis coger un bus o simplemente caminar hacia el punto elegido. Una vez allí, buscad un sitio donde sea fácil estacionar, así facilitaremos la parada de los vehículos.
- Otro buen lugar para hacer autostop es en las salidas de las gasolineras.
Cómo se hace Autostop en Indonesia
Cada cultura tiene sus propios códigos de comunicación no verbal. En Indonesia, la manera occidental de hacer autostop no «funciona», así que, usaremos el brazo derecho con la mano abierta, como si de parar a un bus en tu ciudad se tratase, es decir, se levanta el brazo y se mueve de arriba hacia abajo. Debéis tener en cuenta que en Indonesia circulan por la izquierda por lo que la postura no es muy cómoda. En la otra mano portaréis el letrero antes descrito. Por supuesto, no existe la manera perfecta de hacer autostop, pero unas funcionan más que otras.
A nosotros nos han parado solamente portando el cartel y sin hacer ningún tipo de señal, pero no está de más indicarle a los vehículos lo que pretendéis y hacerlo como lo indican ellos en su cultura.
Como podéis ver en la fotografía, así empezamos nosotros, sin idea de todo lo que os hemos contado. Funcionaba de todas formas, pero os entenderán mejor si lo hacéis como os contamos antes.
Qué hago si no llego al destino deseado?
Muchas veces por motivos varios puede ser que no llegues a tu destino. Quedarse estancado en un punto intermedio no debería de ser un problema, sobre todo, si váis bien acompañados y os lo tomáis como parte de la aventura. No os desesperéis, si pasado el tiempo véis que se ha hecho muy tarde y queda poco tiempo para el anochecer, lo mejor es que busquéis un sitio donde alojaros. Seguramente no sea lo más idílico pero, sin duda, será lo más seguro y sensato. Salirse de la zona de confort y lidiar con la incertidumbre reporta, con el tiempo, una confianza en vosotros mismos que os beneficiará en todos los aspectos de vuestras vidas.
Ventajas y desventajas de hacer dedo en Indonesia
Hacer autostop, como todo en la vida, conlleva una serie de ventajas y desventajas. Para muchos, es algo impensable y, para otros, es otra manera de viajar. Si os animáis esperamos que os ayuden nuestros consejos y que lo disfrutéis al máximo.
Ventajas
- Conocer a gente local y disfrutar de una experiencia única.
- Conocer su cultura de primera mano.
- La sensación de libertad y de no sentirte atado a los horarios.
- Conocer y adentrarse en el poder la de la incertidumbre.
- Las vivencias que se sudecen mientras esperas un vehículo.
Desventajas
- No siempre encontraréis vehículos cómodos pero es un pequeño precio a pagar.
- A veces llueve mucho, con la ventaja de que no hace frío. Al mal tiempo buena cara.
- El estado de las carreteras y su peligrosidad. No podemos decir que las carreteras de Indonesia son un auténtico peligro, pero la cantidad de animales, vehículos y personas que las transitan, a primera vista, no transmite mucha seguridad.
Aventuras de Autoestopistas en Indonesia
No hay manera más divertida que cruzar de Java a Bali en autostop. Empezamos la jornada en Malang lugar en el que pasamos la noche para visitar el volcan Bromo. Antonón fue el camionero que nos llevó hasta el barco destino Bali. Su camión se llamaba “Rock and Roll”, la aventura prometía.
Green Day y rock&roll indonesio fueron nuestra banda sonora durante todo el día, a Antonón le encantaban y conducía muy lentamente disfrutando de la música y de la compañía. Llevaba una caja llena de monedas que iba tirando por la ventana a la gente que arreglaba las carreteras o a los que estaban construyendo mezquitas para el pueblo. Allí funciona así, si no tienes trabajo puedes ponerte a arreglar baches, a construir mezquitas o a dirigir el tráfico para sacarte un dinerillo extra.
Lentamente íbamos haciendo el camino. Antonón nos llevó a comer un pescado a la brasa, arroz , verduritas y un coco con otros camioneros. La comida estaba deliciosa. Después de un pequeño descanso seguimos nuestro camino por el Norte de Java.
Sonaba Basket Case cuando una rueda del Rock and Roll se rindió ante tanto bache. Antonón se lo tomó con la paciencia que lo caracterizaba y nosotros como una aventura más en el viaje. ¿Llegaríamos ese día a Bali? El asunto se estaba complicando. No quedaba más remedio que cambiar la rueda por una de repuesto y acudir al taller más cercano.
Nos fuimos a arreglar el pinchazo y resultó ser otra de las cosas sorprendentes de la jornada. En los talleres de Java no usan parches para la rueda, sino que vulcanizan el neumático como se solía hacer en España hace algunos años. En la reparación emplean un buen rato ya que lo hacen con herramientas muy rudimentarias. Pasamos casi una hora con los chicos del taller que nos mostraban orgullosos como hacían su trabajo. Nosotros encantados y atentos a la explicación. Ahora somos expertos en vulcanización de ruedas de camiones 😉
De Java a Bali en Autostop. Polizones
Finalmente, después de toda una jornada muy entretenida, en la que aprendimos muchas costumbres de la vida en Java, llegamos al puerto para coger los tickets y partir hacia Bali. Para nuestra sorpresa Antonón nos dió una manta y con gestos nos comunicó que nos escondiésemos debajo de ella. Pues sí, lo que estáis leyendo, así entramos en el barco, como polizones, en un camión tapados hasta las cejas con una vieja manta.
Fue muy divertido, Antonón era muy simpático y nos había cogido cariño, así que decidió que no íbamos a pagar el billete.
Era muy tarde cuando llegamos furtivamente a Bali. Agotados, después de un día intenso, dormimos en un hotel de camioneros. Las sábanas tenían lamparones incontables, los cojines parecían hechos con aceite de palma y si encendías el oxidado ventilador miles de partículas de polvo te cegaban los ojos. No queríamos estar mucho tiempo allí dentro así que nos fuimos a charlar con el dueño del hotel. Era un señor de unos 70 años muy simpático y agradable que nos amenizó la noche.
Antes de acostarnos realizamos un nuevo ritual que consistía en envolvernos cual momias para evitar el roce de las sábanas y dormir sin moverse mucho para no deshacer el embalsamiento. Todas las sustancias químicas para la momificación las encontramos en la paredes y demás partes del baño, si se le podía llamar así. Pero aún así, nos reímos un montón y lo disfrutamos muchísimo, como decía Gabriel García Márquez “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla.”
Perder el Rumbo. Viajar en autostop. Indonesia