La Digue tiene un ritmo propio: tranquilo, pausado y auténtico, muy distinto al de otras islas de las Seychelles. Aquí no hay prisa; las bicicletas sustituyen a los coches y cada camino, bordeado de palmeras y arena blanca, parece sacado de una postal.
Durante nuestra última semana en el archipiélago nos dejamos llevar por esa calma, recorriendo la isla a nuestro ritmo y descubriendo playas que parecen de otro mundo. Desde las más famosas hasta rincones casi secretos, cada una tiene algo que la hace especial: aguas de un azul imposible, formaciones de granito únicas y una atmósfera que invita a quedarse un poco más.
Si estás planeando un viaje a las Seychelles, aquí te contamos cuáles son las mejores playas de La Digue, por qué merecen un lugar en tu itinerario.
¿No sabes cómo desplazarte entre islas o dentro del archipiélago? No te preocupes, tenemos la guía perfecta para ti:Transporte en Seychelles: Cómo moverse entre islas y dentro de ellas
Las mejores playas de La Digue, auténticos paraísos naturales
Descubrir las playas de La Digue es gran parte de su encanto. Puedes hacerlo a pie o en bicicleta, los dos medios más prácticos y, sin duda, los que mejor reflejan el espíritu tranquilo de la isla. Aunque existen pequeñas camionetas que organizan excursiones, recorrerla por tu cuenta permite disfrutarla a otro ritmo: el de las olas, el viento y el canto de los pájaros.
La Digue es diminuta, apenas 7 kilómetros de carreteras bordean su costa de oeste a este y una ruta interior que te lleva hasta las playas del sur. Pero en ese pequeño mapa se esconden algunos de los paisajes más impresionantes del archipiélago.
En este artículo te proponemos acompañarnos en un recorrido completo: empezaremos por las playas más accesibles y terminaremos en las más salvajes, donde la naturaleza se muestra en su estado más puro.
Si te apetece seguir explorando este rincón de las Seychelles, no te pierdas Descubre La Digue: Qué Ver y Qué hacer en este pequeño paraíso
Cada rincón de La Digue tiene su propio carácter: hay playas ideales para nadar sin prisa, otras perfectas para hacer snorkel entre peces de colores, y algunas que simplemente te dejan sin palabras. Estas son las que más nos enamoraron:
Anse Source d’Argent

Empezamos nuestro recorrido por el oeste, en la mítica Anse Source d’Argent, probablemente la playa más fotografiada de las Seychelles. Seguro que te suena de alguna revista o anuncio de internet. Está dentro de L’Union Estate, una antigua plantación que hoy funciona como parque turístico privado, así que para visitarla hay que pagar una pequeña entrada.
Una de las curiosidades de esta playa es que en sus arenas se rodaron películas como Crusoe de Caleb Deschanel o Mar adentro de Alejandro Amenábar.
La entrada cuesta 150 rupias (unos 10 € por persona) e incluye acceso a la plantación de vainilla, una casa colonial antigua, un jardín con hierbas medicinales y especies, una roca de granito con tortugas gigantes y un cementerio histórico. Si llegáis más tarde de las 4 la entrada te valdrá para el día siguiente.
Dicho esto, y siendo sinceros, la visita se siente más como una forma de cobrar por acceder a la playa más famosa de la isla que como un parque turístico en sí. Aun así, merece la pena por lo espectacular del paisaje.
Por cierto, si pasas por la zona de las tortugas, evita darles comida; están encerradas y, por desgracia, ya reciben más de la cuenta de los visitantes.

Después del recorrido en bici por la granja, finalmente llegarás a la playa. Un pequeño sendero de arena te guía a través de sus distintas zonas, cada una separada por grandes rocas de granito y palmeras, que son las que le dan ese encanto tan característico.
Consejo: Si quieres disfrutarla al máximo, lo mejor es visitarla temprano por la mañana, ya que suele llenarse de gente muy rápidamente.
Para nosotros, fue una experiencia preciosa, pero hay otras menos concurridas en La Digue que no tienen nada que envidiarle a Anse Source d’Argent.
Anse Robinson
Después de visitar Anse Source d’Argent, decidimos perder el rumbo caminando por la costa y llegamos a Anse Robinson, una pequeña y tranquila playa que pasa bastante desapercibida.
Una vez allí vimos que la poca gente que llega lo hace en un Crystal Kayaks, que se alquilan nada mas llegar a Anse Source d’Argent. Como indica su nombre, son kayaks transparentes que te permiten ver el fondo marino durante el recorrido.

Lo de los kayaks transparentes queda muy bien en la foto y la verdad, son bastante llamativos. Pero tal y como está ahora el fondo marino, con bastante coral muerto debido a fenómenos metereológicos y también a la masificación de la zona, la experiencia no cambia demasiado. Un kayak normal es más que suficiente para llegar hasta esta playa sin perderte nada esencial.

Nosotros decidimos ir a pie aprovechando que la marea estaba baja. Seguimos un pequeño sendero desde el extremo sur de Anse Source d’Argent y luego descendimos por unas rocas de granito que nos llevaron hasta la playa.
Hay que ir con cuidado en algunos tramos, especialmente si las rocas están húmedas, pero en general el acceso es posible si estás mínimamente acostumbrado a caminar por terreno irregular.
Anse Robinson es una playa muy pequeña, de aguas increíblemente claras y tranquilas. Hay varias palmeras justo a pie de arena, lo que le da un aspecto muy pintoresco.
No hay ningún tipo de servicio así que conviene llevar agua, algo de comida, y protección solar a no ser que quieras probar suerte siendo el próximo Robinson Crusoe.
Sin duda, Anse Robinson merece la pena si buscas un rincón tranquilo y te apetece salir un poco del recorrido más turístico.
Anse Sévère

Si buscas una playa perfecta para hacer snorkel, Anse Sévère es la adecuada. Sus aguas tranquilas y transparentes nos regalaron unos fondos marinos ideales llenos de vida.
Pasamos medio día aquí, nadando entre peces de colores y descansando bajo las palmeras y disfrutamos alguna que otra puesta de sol, que por cierto, fueron de las mejores que vivimos en la digué. Simplemente espectaculares.
A lo largo de su medio kilómetro de arena blanca hay varios chiringuitos de playa, como el Bikini Bottom, donde se pueden tomar cócteles, zumos naturales o agua de coco o el Takamaka Café, que además de bebidas ofrece menús completos con platos locales como pescados a la parrilla al curry y ensaladas.
Consejo: conviene llevar escarpines en marea baja, ya que hay mucha roca cortante.
Anse Patates

Siguiendo nuestro recorrido por la isla en bicicleta, llegamos a la pequeña playa de Anse Patates. Está justo delante de varios alojamientos, y lo que más nos gustó de ella fueron sus fondos marinos.
Como podéis imaginar, al ser tan pequeña y dependiendo de la marea, encontrar un sitio para dejar la toalla no siempre es fácil. Aun así, la mayoría de gente solo viene a darse un baño rápido y luego se va a otra playa.

Nosotros visitamos Anse Patates dos veces. La primera, recorriendo toda la isla en bicicleta y parando para conocerla tranquilamente. La segunda solo fuimos a bucear, llevamos el equipo en el cesto de la bici, aparcamos y nos fuimos directamente al agua.
Desde aquí se puede ir buceando hasta Anse Sévère y viceversa. Justo entre ambas playas hay mucha vida marina.
Anse Grosse

Seguimos pedaleando por la costa este de la isla, donde las playas se vuelven cada vez más tranquilas y paradisíacas. Y tiene una razón de ser.
La mayoría de las personas que visitan La Digué lo hacen en una excursión de un día y aprovechan para ir a las playas más cercanas y más conocidas como es el caso de Anse Source d’Argent.
Si vas a pasar más tiempo en la isla, te recomendamos dedicar al menos un día a descubrir estos rincones solitarios. El paseo en bicicleta hasta ellos es una auténtica delicia: la carretera bordea la costa y en muchos tramos discurre bajo la sombra de los árboles, con el mar siempre a tu lado.

En Anse Grosse no hay servicios cerca, por lo que te recomendamos que lleves agua y algo para comer, sobre todo si vas a pasar el día entero por esta costa.
Consejo: nunca está de más llevar los escarpines contigo aunque la marea esté llena.
Camino a esta playa nos encontramos con la galería de arte de George Camille y descubrimos que era uno de los artistas contemporáneos más famosos de las Seychelles. Dentro de la galería pudimos conocer un poco más de la vida local y cultura de la isla a través de sus pinturas, esculturas y grabados, todos ellos llenos de un color intenso color. La entrada es gratuita.
Anse Fournis
Al final de la carretera que recorre la costa este, nos encontramos con Anse Fournis, otra de las mejores playas de La Digue por su tranquilidad y sus vistas a la isla Felicidad y Marian.
Antes de llegar, hicimos una pequeña parada en Banana Cove. La playa suele quedarse sin arena con facilidad, pero nos apeteció detenernos un momento y disfrutar de la comida local en su restaurante Chez Jules, mientras contemplamos el mar.
Si tienes suerte te puedes encontrar con alguna tortuga gigante en la carretera. Nosotros hicimos el recorrido varios días seguidos y las encontramos varias veces.
En el final de la carretera encontraréis muchas bicis aparcadas porque mucha gente realiza una pequeña ruta que te lleva a Anse Caimán.
Anse Caiman

Anse Caiman es un pequeño paraíso en la isla de la Digue. Cuando llegamos y descubrimos sus fondos marinos nos sorprendió muy gratamente, mucha vida y coral. Al ser una parte remota de la isla sus fondos no están tan deteriorados.
A Anse Caiman no se puede llegar en bicicleta, ya que no hay carretera. Hay dos maneras de llegar, una desde Anse Cocos y otra de Anse Fournis. Nosotros hicimos el camino desde Anse Cocos a través de la vegetación por un sendero de unos 11 min. El camino está señalizado y es muy agradable porque hay sombra todo el trayecto.

Al llegar te encuentras con un pequeño bar con hamacas y un cartel que dice «It´s beer time» todo ello acompañado, como no, con música reggae. La cerveza la dejamos para después del buceo que, como ya os comentamos, fue una grata sorpresa.
Desde Anse Fournis el sendero está en muy mal estado y existen varios carteles advirtiendo que es un camino peligroso, aunque nosotros vimos a muchas personas llegar a la playa por él. Si optas por ese trayecto tendrás que dejar la bicibleta al final de la carretera en Anse Forurnis. Se tarda sobre 20 min en realizarlo.

¡Se nos olvidaba! En la parte de atrás del bar hay una piscina natural super chula, aunque cuando fuimos nosotros estaba la marea baja y no pudimos disfrutar de ella.
Grand Anse

Cambiamos de rumbo y nos vamos a las grandes playas del sur. El trayecto en bici desde el centro de La Digue es de unos 25 min y recorre buena parte del interior de la isla. En el paseo se conoce un poco más de la vida local de la isla alejada del bullicio turístico.
A lo largo del camino verás diferentes tipos de construcciones y casas, pequeñas plantaciones e incluso alguna que otra tienda local. El recorrido es bastante llano, aunque en el tramo final, tras una pequeña cuesta, te espera un descenso pronunciado que te lleva directo hasta la playa.
Nada más llegar a la playa verás cientos de bicicletas aparcadas por todas partes, cada una donde ha podido encontrar un hueco. Nosotros nunca pusimos candado a las nuestras: funcionaban de maravilla, pero su aspecto no era muy bueno. Además, en una isla tan pequeña, donde todo el mundo se conoce, esos problemas prácticamente no existen.

Grand Anse es una playa salvaje de medio kilómetro de distancia, de arena fina y aguas azules. Lo primero que observamos es que no hay sitios donde ponerse a la sombra y por estas latitudes es un gran problema. Conseguimos algo de sombra en el fondo donde algunos árboles y palmeras llegan hasta la arena.

Es una playa con fuertes corrientes, así que conviene estar atentos al mar. Nosotros, como buenos gallegos, tenemos ya ese instinto bien entrenado y sabemos que siempre hay que tener precaución; aun así, el día que fuimos el agua estaba tranquila y no había ningún peligro.

Petit Anse

Petit Anse es otra de las tres grandes playas del sur. Se accede a ella por un caminito desde Grand Anse. No hay mucha diferencia entre ambas, aunque Petit Anse suele ser la menos concurrida, ya que la mayoría de la gente se queda en Grand Anse o continúa hasta Anse Cocos.


Anse Cocos

¿Qué se puede decir de Anse Cocos? Simplemente, que es un lugar increíble. El camino desde Grand Anse tarda aproximadamente media hora, atravesando helechos y palmeras que ofrecen sombra y frescor. No está muy bien señalizado, pero no tiene pérdida: el sendero está marcado por el paso de la gente.
A diferencia de otras playas del sur, Anse Cocos cuenta con una gran piscina natural que, con la marea alta, nos permitió disfrutar al máximo del agua tranquila y cristalina.

Es otra playa sin mucha sombra pero en el extremo izquierdo donde está la poza hay algunas palmeras y árboles. Una gran mole granítica te permite avistar todo el paisaje desde arriba y disfrutar de la brisa marina.

Consejo: no te olvides de llevar crema solar, agua y algo de comida.
Nosotros solemos usar camisetas de licra para no tener que estar todo el día aplicando crema, y, a veces, también mallas, sobre todo cuando hacemos snorkel durante mucho tiempo.
Anse Songe

Esta pequeña playa es otra de las joyas escondidas de La Digue, situada fuera del circuito turístico. Y es que llegar a ella fue un poco complicado, ya que el inicio de la ruta puede resultar confuso al tener que caminar por los terrenos de cultivo desde la playa de Grand Anse.
La ruta no se puede hacer en bicicleta, pero no te preocupes, porque la disfrutarás igual, ya que es muy bonita y transcurre por senderos muy frondosos.
Está tan solo a 15, 20 min desde Grand Anse. La playa tiene un encanto salvaje y te sientes como en un lugar privado pues no nos encontramos con nadie .
Después de un chapuzón, decidimos seguir el sendero y llegamos a otra playa, pero no era muy adecuada para el baño, ya que había muchas rocas que impedían disfrutarlo.
El sendero seguía hacia otra de las mejores playas de La Digue, Anse Marron pero tuvimos que dejarlo ya que era demasiado tarde para intentarlo.

Anse Marron

Y, por último, os hablamos de Anse Marron, una de las playas más aisladas y espectaculares de La Digue, situada en el extremo sur de la isla. Os advertimos que es bastante difícil llegar a ella, a no ser que vayas en barco.
Se puede llegar desde Gand Anse por un sendero que pasa también por Anse Songe, como os hemos dicho antes, o desde Anse Source d’Argent combinado senderos y tramos por el agua.
Después de intentarlo desde Anse Songe lo intentamos desde Anse Source d’Argent, pensando que sería un paseo sencillo… pero nada más lejos de la realidad.
Al final tuvimos que dar media vuelta por falta de agua y comida. La ruta es exigente, requiere combinar bien la marea baja y caminar por zonas de roca, así que no la subestimes.
Anse Marron se nos resistió asi que la dejamos para la próxima vez que visitemos Seychelles 🙂

Nuestra recomendación despues de nuestros intentos es hacerlo con un guía local o en una excursión organizada. Os dejamos la mejor valorada en GetYourGuide, con 5 estrellas, para que puedas disfrutarla con total seguridad.
La playa tiene dos partes una a mar abierto y otra con piscinas naturales rodeadas de grandes piedra de granito.
Os dejamos las fotos que hicimos con e dron cuando estábamos a 30 min de llegar.
Consejos para disfrutar de las mejores playas de La Digue
Os dejamos algunos consejos para disfrutar al máximo las playas de La Digue.
- Prepárate un buen kit de playa. No puede faltar la toalla, la crema solar, las gafas de sol y, si os gusta el snorkel tanto como a nosotros, llevad también máscara, tubo, aletas y/o escarpines. Las playas son un paraíso bajo el agua.
- Lleva suficiente agua, sobre todo si planeas caminar entre playas. En La Digue hace calor y el sol pega fuerte.
- Calzado adecuado. Para las playas más rocosas o remotas, como Anse Marron o Anse Cocos, unas o sandalias resistentes te salvarán de cortes o resbalones.
- Elige la hora adecuada. Si quieres evitar multitudes en las playas más concurridas, llega temprano por la mañana o a última hora de la tarde.
- Muévete en bicicleta. Es la mejor forma de recorrer la isla. Prácticamente todas las playas son accesibles en bici, aunque en algunas, como Anse Marron, Petit Anse, Anse Cocos, Anse Caiman o Anse Songe, hay que caminar un tramo más o menos largo después de aparcarla. El precio del alquiler varía según el tipo de bici y lo que negocies, si no te importa la estética, se pueden conseguir bicis baratas entre 5 -10 euros día. En muchos alojamientos incluso os ayudan a gestionarlo.
- Lleva efectivo. Muchos chiringuitos de playa no aceptan tarjeta ni pagos móviles.
- Respeta la naturaleza. No toques ni arranques corales ni plantas, y por supuesto no dejar basura. Disfruta de este paraíso, pero cuídalo: aquí cada playa es frágil y merece que no dejemos ni rastro.
Mareas en La Digue
Después de recorrer todas estas playas, hay algo que aprendimos enseguida: las mareas lo cambian todo en La Digue.
Durante nuestro viaje usamos muchísimo este widget de mareas y nos vino genial para saber cuándo era mejor disfrutar de cada rincón. ¡Échale un vistazo antes de salir a explorar!
Mapa de playas de La Digue
Aunque ya os hemos dejado la ubicación de cada playa por separado, en este mapa podéis ver todas las playas reunidas en un solo lugar. ¡Así os será mucho más fácil planificar vuestra visita!


